La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, ha defendido este martes en el Parlamento la toma en consideración del I Plan Estratégico de Convivencia elaborado por el Gobierno por ser una "magnífica herramienta" frente a "discursos de odio, totalitarios y fascistas que esgrimen el miedo para enfrentarnos entre personas diferentes", por lo que ha lamentado que "irresponsables políticos" los practiquen.

Según Ollo, el Plan no se circunscribe únicamente al terrorismo y la violencia política sino que asume y pone en práctica los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para conformar comunidades inmersas en una cultura de paz, excluyendo la violencia como herramienta de resolución de conflictos, desarrollando la justicia basada en los derechos humanos individuales y colectivos, y fortaleciendo las instituciones de modo que sean estables y confiables para la ciudadanía.

Por eso el Plan, ligado a la búsqueda de acuerdos y consensos, se ha trabajado desde la transversalidad, favoreciendo la participación tanto en las fases de diagnóstico como en las de definición de proyectos y ahora se busca la toma en consideración del mismo por parte del Parlamento para que sea un proyecto de presente y futuro de toda la comunidad.

Condicionado el trabajo por la pandemia, en él han participado 67 organizaciones del tejido social y 300 personas de distintos ámbitos para compartir diferentes visiones sobre el estado de la convivencia en Navarra, divergentes en ocasiones pero coincidentes o complementarias en otras.

Así, ha precisado la consejera, se han identificado "amenazas" como las declaraciones de algunos "irresponsables políticos que acusan a todo un colectivo, en este caso a los menores no acompañados, o a los inmigrantes, de ser los responsables de una conflictividad", cuando la afirmación "no se sostienen en el contraste con los datos".

"Esta criminalización a niños menores, estos discursos de odio en las redes sociales, los ataques a personas del colectivo LGTBI, constituyen sin duda amenazas que ya están aquí", ha dicho, y ha añadido que son "discursos que apelan a las emociones negativas, al miedo, como siempre ha hecho el fascismo", y de ahí la importancia de trabajar para "una convivencia en la diversidad" y de esta hoja de ruta del Gobierno de Navarra como "barrera higiénica".

Y es que este I Plan de Convivencia detecta también "fortalezas" y "oportunidades", entre las que ha citado "la pluralidad política, social, identitaria y lingüística", con una "cultura de pactos"; la aceptación como principio de la exigencia de no vulneración de los derechos humanos; "la mayoritaria aceptación de la necesidad de deslegitimar" la violencia con fines políticos; y un consenso sobre el reconocimiento a las víctimas y la necesidad de conocer lo sucedido.

Ollo ha subrayado además como otra oportunidad la derivada de las alianzas institucionales en defensa de los derechos humanos y la convivencia, que son las pueden fortalecer este Plan "con mirada a largo plazo".

Con un presupuesto de 18,3 millones de euros, el Plan incluye 97 acciones distribuidas en seis ejes.

Estos son la aplicación de los derechos humanos; la convivencia entre diferentes ideologías, identidades, opciones sexuales y de género, visiones laicas y religiosas, culturas y orígenes; el reconocimiento y aplicación de derechos de las víctimas del terrorismo y de la violencia política; la construcción de una memoria crítica e inclusiva; la necesidad de educarnos y aprender para convivir; y la ejemplaridad de las instituciones y su capacidad de ser referentes de convivencia.

Un plan que en definitiva tiene como objetivo construir una convivencia sustentada en los pilares de la igualdad, la libertad, la democracia, el pluralismo y la diversidad, con una serie de principios de actuación como el respeto, el diálogo y la empatía, y la cooperación y coordinación de esfuerzos.

Por Navarra Suma, Iñaki Iriarte ha reiterado que su coalición no se ve representada por los participantes en el Plan, así como el acierto de su retirada porque se han "sentido engañados" y tratados "como apestados" al "no creer en una nación vasca", por lo que ha subrayado que "el odio a los españoles" es "el principal problema de intolerancia" y ha pedido una "autocrítica sincera" y sostenido que se debió exigir a la izquierda abertzale un compromiso con la convivencia.

Inmaculada Jurío, del PSN, ha dicho que este I Plan, "abierto y dinámico", refleja los obstáculos para la convivencia, cuya solución exige de empatía y consensos, y ha criticado la "autoexclusión" de NA+ en su elaboración y la "mala utilización política" que a su juicio ha hecho al coalición para "confrontar", además de que le ha reprochado sus "contradicciones" y aseverado que al hablar de justicia "siempre se defiende un mal acuerdo antes que una sentencia".

Uxue Barkos, de Geroa Bai, ha valorado el trabajo realizado y señalado que el Plan es "absolutamente necesario", por lo que ha lamentado "la ausencia" de NA+ pese a la "respuesta activa" que ha dado la sociedad, también para fortalecer la confianza en las instituciones, y cuestionado sus críticas cuando no exige al PP, socio de coalición, que se abstenga de cualquier colaboración con Vox mientras no condene el franquismo.

"No es un proceso fácil intentar sintetizar visiones diferentes y a veces contrapuestas", ha indicado Bakartxo Ruiz, de EH Bildu, que ha echado en falta "propuestas de calado suficientemente transformadoras" en asuntos como la convivencia lingüística "que debería ser entre iguales" o la política penitenciaria "para garantizar el derecho al arraigo", al tiempo que en materia de educación ha apostado por abordar las violencias no relacionadas con ETA.