- “Aquí había dos opciones: claudicar o rebelarse. Y por convicción ética y moral lo que corresponde es rebelarse”. Así explicó este jueves Maiorga Ramirez los motivos por los que el sector de Eusko Alkartasuna (EA) crítico con la dirección de Eba Blanco ha decidido presentar una candidatura para pugnar por el poder interno del partido en el próximo congreso que se celebrará los días 19 y 20 de febrero.

El parlamentario foral, uno de los purgados por la dirección y cabeza visible de los críticos, hizo una de las declaraciones más largas desde que a finales de enero se conociera que la dirección de Blanco le ha abierto un expediente para expulsarle durante 4 años en lo que se ha interpretado como una purga por sus denuncias de manipulación contra Blanco. Denuncia que, por otra parte, a él no le consta y de la que se enteró por los medios, algo que contraviene todos los procedimientos internos y que solo es una demostración más, como afirmó este jueves, de la deriva en la que se encuentra la dirección.

El parlamentario navarro cree que es “un error y un atropello” la decisión de la Ejecutiva Nacional del partido de suspenderle de militancia durante cuatro años y asegura que denunciará internamente y recurrirá a “todos los organismos judiciales que puedan amparar una nueva vulneración de derechos en el seno de EA”.

Ramirez esgrimió muchos motivos, pero comenzó subrayando que esta purga tiene una incidencia especialmente importante en Navarra, ya que afecta a la coordinadora territorial, Miren Aranoa, y a la coordinadora de Pamplona, Esther Korres, ambas parlamentarias navarras hasta la pasada legislatura, y a las que se suman las de los coordinadores territoriales de Álava y Gipuzkoa.

“Estamos hablando de unas expulsiones a unas personas con responsabilidades internas importantes, todas ellas elegidas por la afiliación”, subrayó.

Ramirez recordó que la Audiencia de Álava reconoció que se habían vulnerado sus derechos políticos, y que pese a ello la dirección ni le ha permitido declarar ante un instructor, ni presentar pruebas, ni prácticamente defenderse de la petición de expulsión que le tramitan más allá de que ha presentado un escrito de alegaciones. Tampoco conocen ni la fecha definitiva de celebración del congreso, ni exactamente qué se va a eligir ni el censo concreto, motivos que ya cuestionarían de plano la validez de un congreso al que se llega tras una extraña maniobra interna, y que Ramirez resumió de una manera gráfica: la “autoproclamación” de Blanco después de que la dirección anulara la candidatura del propio Ramirez, que contó con 400 avales por 55 de la actual parlamentaria de EH Bildu en la CAV. Hay, insistió Ramirez, un detalle más que hacen de esto un “esperpento”. “La dirección propone abordar nuestar expulsión a partir del día siguiente de la votación. “¿Qué derecho a ser elegidos tenemos si los afiliados deciden que tengamos representación interna y al día siguiente somos expulsados y, por lo tanto, decae? Es absolutamente esperpéntico”, calificó.

Por todo este “sinfín de irregularidades”, aboga por poner “urnas en los alkartetxes” y hacer que la militancia elija libremente y con transparencia. Asegura que es legítimo que quienes piensan como Blanco que EA debe disolverse, enarbolen una propuesta política, pero que lo que no es “legítimo” es “pretender resolver estas discrepancias a golpe de anulación de candidaturas y a golpe de expulsión”.