- Rebajado el diapasón por la polémica en el relevo de la cúpula a expensas de los acontecimientos, las sospechas siguen planeando en el PP a cuenta de los contratos del hermano de Isabel Díaz Ayuso y el supuesto espionaje al entorno de la lideresa. La Comunidad de Madrid tuvo ayer que desdecirse y señalar que desconoce la cuantía total que cobró el allegado de la presidenta madrileña después de que horas antes afirmara, en un mensaje destinado a “un grupo de opinadores”, que percibió 283.000 euros por cuatro trabajos con la empresa Priviet, cifra que coincide con la que denunció públicamente Pablo Casado. Esa relación comercial está en el disparadero ya que uno de esos acuerdos fue con la Administración que preside la hermana del comercial, y le reportó 55.850 euros más IVA, provocando una investigación interna del PP que ha acabado por dinamitar el partido al provocar la salida del presidente y del secretario general, Teodoro García Egea.

El Ejecutivo autonómico solo ha detallado el contrato por el que Tomás Díaz Ayuso se embolsó esos 55.850 euros por la compra de mascarillas en China, por valor de 1,5 millones de euros, y que ha sido llevado a la Fiscalía por Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos, que ya han ampliado la denuncia con más adjudicaciones de la Comunidad de Madrid con otra empresa relacionada con el hermano de la presidenta. Aprovechando el desliz de la Administración, el aún vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, uno de los pocos fieles que le quedó a Casado, hurgó ayer en que “se está comprobando” que el hasta ahora líder “siempre ha dicho la verdad” y que, al llegarle esa información, lo que hizo fue hablar “cara a cara” con Ayuso. “Hizo lo que tenía que hacer, que era preguntar”, dijo, poniendo en valor “la bandera de la transparencia y la ejemplaridad” de su jefe. Visiblemente emocionado, Montesinos reveló en La Sexta que Casado “está tranquilo” a pesar de que ha sido de los “peores” días que han vivido, y admitió su “decepción con algunas personas que se han portado mal” con él, sin dar nombres.

Pero el Ejecutivo de Ayuso desdeña esas cuantías. Su portavoz, Enrique Ossorio, censuró que se está “llegando a un paroxismo absoluto, esos otros contratos son con otras empresas, si esas empresas no tienen nada que ver con la Comunidad de Madrid, ¿por qué tienen que verse en la opinión pública?. Creo que estamos llegando demasiado lejos”. Además, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano, defendió que lo que haga el hermano de la presidenta en su “ámbito privado con una empresa privada” no tiene nada que ver con el Gobierno territorial. El PSOE regional acusó a la lideresa de “esconderse”. “Si todo es legal, que comparezca en la Asamblea y dé explicaciones con normalidad y no bloquee la comisión de investigación, ni tape este posible caso de corrupción”, verbalizó Juan Lobato. La portavoz de Más Madrid, Mónica García, añadió que “queda más claro que Ayuso ha mentido, engañado y tomado el pelo a los madrileños”.

En este contexto, el Gobierno de Ayuso maniobra para controlar el órgano que fiscaliza sus contratos y gastos, y es que su gabinete patrocina desde diciembre un cambio legal que le permitiría dominar los nombramientos de la Cámara de Cuentas en combinación con Vox, su aliado. Desde 2019, los integrantes de este ente público eran elegidos por dos tercios de la Asamblea, lo que obligaba a un pacto entre todos los partidos sin posibilidad de desbloqueo en caso de desacuerdo. De salir adelante la reforma, el PP podrá usar su mayoría para bloquear esa votación de consenso.

Entre tanto, de poco sirvió ayer el pleno extraordinario celebrado para abordar el presunto intento de espionaje a la presidenta, ya que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y la oposición se adentraron en un bucle de justificaciones y ataques ya explicitados. Una sensación de deja vú en la sede del Ayuntamiento de Madrid. Eso sí, el regidor pedirá a su exasesor, Ángel Carromero, que acuda a la comisión de investigación pese a haberse dado de baja del PP tras su dimisión. Almeida se refugió más en arremeter con ironía contra la líder de la oposición, Rita Maestre, señalando que con los antecedentes de sus siglas “tiene usted mucha autoridad sobre mí para hablar de divisiones en los partidos y fracturas y de huidas y de falta de lealtad”. A lo que ella respondió que el alcalde “ha vuelto a mostrar su faceta más faltona y grosera” de modo que ha pasado “a la ofensiva, no dando datos, sino atacando a los demás”.

“Se está comprobando que Casado siempre ha dicho la verdad en busca de la ejemplaridad”

Vicesecretario de Comunicación del PP

“Creo que se está llegando demasiado lejos, se está alcanzando el paroxismo absoluto”

Portavoz de la Comunidad de Madrid