- Suenan tambores de guerra en UPN. El comité de disciplina y garantías del partido oficializó ayer la expulsión, por dos años y medio, de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que confirmaron que no abandonarán sus escaños en el Congreso. Lo hicieron además con duras críticas al presidente de UPN, Javier Esparza, que logra el objetivo de desprenderse de dos voces críticas, pero que sale de la crisis interna seriamente cuestionado. La ejecutiva del partido tuvo que intervenir a última hora de ayer para defender a su líder.

Casi un mes han tardado los órganos internos de UPN en formalizar la sanción de Sayas y Adanero, muestra de que la expulsión no era tan fácil y rápida como hubiera querido Esparza. El comité de disciplina ha tenido que argumentar bien, y con alguna pirueta final, para poder castigar una indisciplina que cuestionaba seriamente el liderazgo del presidente del partido. Los dos diputados pueden ahora recurrir al consejo político, paso previo a la suspensión de militancia que debe hacer efectiva la ejecutiva. No obstante, ambos órganos están controlados por la dirección, por lo que solo les queda ya la vía judicial.

La sanción implica además la inhabilitación para cargo público en representación de UPN durante el mismo periodo de tiempo. Algo que ni Sayas ni Adanero tienen previsto acatar. Ambos seguirán en su escaño por “coherencia” con el mandato de los votantes, a quienes según su criterio, ha traicionado Esparza buscando ser “la muleta” del PSOE en Madrid. Así que queda la posibilidad de que la ejecutiva promueva un nuevo expediente por incumplir la sanción para buscar la expulsión definitiva. Un escenario que tampoco habría que descartar en la escalada de tensión que se acumula dentro de UPN. La ejecutiva ya reclamó ayer que se “acate” de inmediato.

El comité de disciplina ha rechazado así las alegaciones presentadas por los dos diputados, que consideran que el procedimiento seguido para determinar el voto en el Congreso -dejar la decisión exclusivamente en manos de Javier Esparza- no cumplía con lo reglamentado en los estatutos. El comité, no obstante, admite en parte uno de los argumentos del recurso, aunque lo rebate para dejar inalterada la sanción.

Según el órgano interno, la gravedad de la falta no está en la indisciplina de voto, sino en haber ocultado su decisión hasta el final. “Entendemos que ha existido un ánimo por parte de los dos diputados de desobedecer la orden de votar afirmativamente. Pero no sólo eso, sino que, además, decidieron votar de forma contraria el día anterior y no comunicar su decisión a la dirección de UPN”, apunta. De esta forma, el comité concluye que “la ocultación de su decisión ha causado un evidente perjuicio público para UPN”. “Dicha actuación es imputable únicamente a los diputados, pues podrían haber optado por comunicar su decisión, habiendo constituido en ese caso una infracción leve”, señala.

El efecto en cualquier caso es el mismo, aunque blinda la resolución del proceso judicial al que previsiblemente dará paso la expulsión. Queda no obstante por resolver su derivada política, más abierta que nunca y con duras críticas de los dos diputados a la dirección, a quien acusan de querer convertir UPN “en la muleta del PSOE” y haber renunciado a ser “alternativa de Gobierno” en Navarra. La ejecutiva de UPN respondió pidiendo respeto para su presidente.

No hay por ahora mayores movimientos en UPN, y es posible que no los haya, al menos en primera línea política a un año de las elecciones. Pero Sayas y Adanero han construido ya un relato que cala en una parte importante de la derecha navarra, con el espacio electoral pendiente de configurar en una o varias candidaturas. Algunos militantes se han empezado a dar de baja ya en UPN.

“Si hubieran comunicado el sentido de su voto la infracción hubiera sido leve y no grave”

Resolución sobre Sayas y Adanero