- El Parlamento de Navarra aprobará hoy la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Se trata de uno de los principales proyectos del Gobierno para esta legislatura, y que finalmente saldrá adelante con el apoyo de las cinco fuerzas que sostienen al Ejecutivo foral, que ayer cerraron los detalles de un acuerdo que ha tardado más de seis meses en ver la luz. Queda por ver qué posición toma finalmente Navarra Suma, pero el compromiso genérico alcanzado en torno a la fiscalidad verde garantiza que no habrá sorpresas de última hora.

La nueva norma, pionera en algunos aspectos de la transición energética, plantea medidas de diferente calado en ámbitos como la edificación, el alumbrado público, la movilidad, las energías renovables, el entorno urbano o las personas más vulnerables. Supone además un cambio importante en la estrategia medio ambiental de la Administración foral, que ahora deberá reglamentar el Gobierno. Y aunque la letra pequeña está por definir todavía, el marco general en cuanto a objetivos y vías para reducir la dependencia de energías fósiles es realmente ambicioso.

Tras su paso por el Parlamento, la ley ha aumentado los objetivos climáticos, concretando plazos y estableciendo un régimen sancionador más riguroso. Se ha creado además la Asamblea Ciudadana de Cambio Climático y se ha aumentado el compromiso para la reducción de emisiones del 45% hasta el 55% en 2030.

Ha sido necesario en cualquier caso más de seis meses de tramitación parlamentaria desde que el 1 de septiembre el Gobierno de Navarra aprobó el proyecto de ley. Un texto que previamente fue debatido dentro del Ejecutivo y, después, en el propio Parlamento mediante la creación de una ponencia específica por la que pasaron los principales agentes y expertos en el reto medio ambiental. El documento posiblemente quedará corto para muchos de ellos, pero al menos parte de un consenso amplio que garantiza su desarrollo futuro.

El acuerdo no ha sido fácil y los escollos se han mantenido hasta última hora, fundamentalmente en materia fiscal. Pese a la insistencia de sus socios, y del propio departamento del Medio Ambiente, el PSN ha rechazado durante todo el trámite cualquier compromiso que implicara nuevas medidas impositivas, sobre todo si estas eran finalistas -recaudadas para un objetivo medioambiental concreto- y quedaban fuera del control del departamento de Hacienda. Finalmente, los socialistas han accedido a crear un comité de expertos que analice y redacte, en el plazo de dos años, una ley fiscal que detalle las medidas tributarias con las que incentivar y penalizar la relación con el medio ambiente de empresas y particulares. El grupo estará compuesto por expertos en fiscalidad, pero también por ambientalistas.

Ha habido otros dos escollos que se han solventado a última hora. Uno relacionado con el mapa solar y fotovoltaico, aquel que determina dónde se puede -y dónde no- instalar molinos de viento y huertas solares. Habrá mapa, pero será el Gobierno foral quien concrete los detalles. Algo similar ocurre con la Agencia para la Transición Energética, en cuyo reglamento trabaja el departamento de Itziar Gómez. El PSN quería que la agencia fuera parte de la corporación de empresas públicas y no un organismo autónomo. La ley da luz verde a la nueva entidad pública, pero queda en manos del Ejecutivo foral concretar su estructura jurídica.

Cuestiones que en muchos casos quedan en el ámbito de la buena voluntad, sin compromisos vinculantes que habrá que desarrollar a partir de ahora en planes y reglamentos ejecutivos. Pero que sientan las bases de la política medioambiental y energética para los próximos años en línea con la apuesta estructural que marca la Unión Europea. La aprobación de la ley supone además un éxito para el departamento de Medio Ambiente tras el fracaso de la Ley de Sanidad Animal, y un balón de oxígeno para el Gobierno en plena tensión interna por la reforma del Convenio Económico.

La ley. Es la primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Navarra, y una de las primeras del Estado. Determina el marco normativo para hacer frente a los efectos negativos derivados del cambio climático y avanzar en la descarbonización.

Agencia Energética. Se crea la Agencia de Transición Energética de Navarra, sometida a las directrices del Departamento con competencias en energía. En seis meses se debe regular su funcionamiento dentro del Sector Público Institucional Foral.

Fiscalidad verde. En un plazo de dos años se remitirá un proyecto de ley que recoja las medidas de fiscalidad ambiental. En tres meses se creará un grupo técnico compuesto por personas expertas en materia fiscal, medio ambiental y energética.

Mapa solar y eólico. Para asegurar su ordenada implantación, en el plazo de un año se establecerán los suelos autorizables y prohibidos en los que pueda o no plantearse la ejecución de una instalación de energía eólica o solar.