elciego - El cantante navarro Serafín Zubiri animó ayer a los vecinos y visitantes a Elciego a “que disfrutéis a tope de vuestras fiestas. Vuestro pueblo es especial por todo lo que acabo de comentar, pero sobre todo porque vosotros lo hacéis posible. Esto hasta lo ve un ciego”.

Así finalizó el pregón de las fiestas de la Virgen de la Plaza que comenzarán el próximo viernes, día 7, pero que ayer domingo fue la jornada dedicada al pregón con la presencia de Zubiri, el artista famoso, entre otras cuestiones, por representar a España en el festival de Eurovisión en 1992, y a quien el alcalde de la localidad, Luis Aldazabal, logró convencer para que estuviera durante la pasada jornada en Elciego.

El músico, cuyo apellido real es Lizoáin Vidondo, tomó prestado el artístico de Zubiri debido a su localidad navarra natal, llegó a la plaza del Crucero acompañado por Patricia Jornet y su inseparable Pipper poco después del mediodía, donde ya esperaban las jóvenes y el cachiberrio del grupo de danzas y los gaiteros. Tras los saludos de rigor se formó la comitiva que encabezaban los danzadores y a continuación pregonero, alcalde, corporación municipal e invitados comenzaron el recorrido por la calle Norte que desemboca en la plaza Mayor, donde se encuentra la casa consistorial, desde uno de cuyos balcones se celebra el pregón de fiestas.

Después de decenas de apretones de manos, de fotos y de saludos, el cantante y sus acompañantes lograron subir al salón de Plenos, desde donde se accede a los balcones, y allí se dirigió a la gente que estaba en la plaza, eso sí, resguardados bajo los árboles a causa del impresionante calor que hacía a esas horas.

En primer lugar, Zubiri agradeció al Ayuntamiento la invitación para estar en el balcón compartiendo el pregón de las fiestas en honor a la Virgen de la Plaza de Elciego, “un pueblo que, aunque yo sea ciego y no pueda verlo, sé por lo que me cuentan que está lleno de preciosos balcones con macetas cargadas de flores” y resaltó sus casonas, sus bodegas y sus gentes. “Vosotros sois el corazón de este pueblo, cuyas tierras están regadas por el Ebro. Ese río que me dio la bienvenida ayer, ese río que además de regar vuestros viñedos los cuida con exquisito mimo, dada la calidad extraordinaria de vuestro regalo servido en vidrio que yo, como buen amante del vino que me considero tan afortunado me siento de poder apreciar con un paladar especialmente exigente, ya que como bien reza el dicho popular la naturaleza es sabia. Lo que nos quita por un lado nos lo compensa por otro. Y yo, como sé lo que soy he tenido la suerte de haber podido desarrollar más el resto de los sentidos. Lo que me permite disfrutar y saborear vuestro oro líquido en su máxima dimensión”.

Serafín Zubiri se dirigió después a todo el colectivo “con algún tipo de diversidad funcional, sea física, psíquica o sensorial” y lo matizó explicando que “no me gustan nada las palabras minusvalía o discapacidad. Nadie es menos que nadie, ni más discapaz que nadie. Esa diversidad es la que nos hacer ser seres únicos y perfectos”. Añadió que lo que “tenemos que hacer todos es potenciar al máximo nuestras capacidades para paliar en la medida de lo posible nuestras carencias y proyectar lo mejor de nosotros hacia los demás”.

Para lograrlo dijo que había dos valores para desarrollar: la constancia y la tenacidad. “La constancia es la única virtud que hace que a la larga las demás virtudes den su fruto. Y la tenacidad, unida a la perseverancia, hace que podamos conseguir todo aquello que nos propongamos”.

Tras estas palabras anunció que regresará pronto a Elciego “para hacer lo que mejor se me da, es decir cantar y tocar el piano”, ya que al final el Ayuntamiento ha logrado que acceda a acudir el año que vienen a dar un concierto en Elciego.

Tras la mención de esta invitación, en la plaza comenzó un poteo mientras se hacía tiempo para poder disfrutar de una deliciosa paella que preparaban en una de las esquinas de la Plaza Mayor los cocineros del Hotel marqués de Riscal, con el apoyo del “cocinero oficial” de Elciego, Roberto ‘Chaqueta’. Como es habitual, la recaudación de esa degustación se destinó a la Unicef para las labores solidarias que desarrolla.

Además, en la plaza se situó un puesto de Izaki, la asociación que desde hace años posibilita que grupos de niños bielorrusos acudan a Rioja Alavesa, además de otros lugares, para pasar unas semanas de vacaciones y pasar revisiones médicas, ya que algunos sufren secuelas transmitidas por el accidente de Chernobil.

Las fiestas de la Virgen de la Plaza comenzarán el viernes, con la bajada del Barrihuelo desde la torre de la ermita de la Virgen de la Plaza hasta el balcón del Ayuntamiento.