El proyecto, denominado Zinebai y puesto en marcha por este colectivo cultural de Irun, consiste en audiodescribir varias películas en euskera para ofrecer un cine adaptado a las necesidades de las personas ciegas. El pasado lunes, lanzaron el vídeo promocional de la campaña, en el que un niño cuenta en euskera lo mucho que le gusta el séptimo arte y explica que nunca ha podido ir a un estreno de una película audiodescrita.

“Un día fui a ver con mi aitona la película Cavernícola. Estábamos en la fila diez y mi aitona Joxin me dijo: Vamos a la fila once, porque aquí hay mucha gente, pero en la once no, y ahí te puedo contar la peli”, relata Jakes en esta producción, en la que añade: “Me gustaría ir y ver una audiodescrita y cuando sea mayor poder ir solo o con amigos”.

Siempre que ha ido al cine, Jakes se ha encontrado con que todas las películas son “normales”. Es decir, no tienen audiodescripciones, un sistema que él mismo explica así: “Es cuando se pone una peli y se ve normal y sale una voz en off que dice: Ahora alguien se está yendo a la cama, está dormido, cosas así”. Una herramienta que le ayudaría a entender la película, sin necesidad de contar con la ayuda de un familiar.

Este niño apasionado del cine sabe que para hacer las películas accesibles se va a tener que “trabajar mucho” y esto es precisamente lo que quiere lograr Orbela, que personas como Jakes puedan disfrutar del cine “en igualdad de condiciones”, según explica la presidenta de esta asociación, Raquel Hernández.

La iniciativa Zinebai es una de las quince propuestas seleccionadas en la convocatoria META del Departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, que celebra su tercera edición. Para que salga adelante, necesita contar con la colaboración de los ciudadanos, ya que debe financiarse a través del crowdfunding, aunque cuenta también con la ayuda de la Diputación. La institución tiene una bolsa de 70.000 euros, que reparte entre los quince proyectos que están en el programa META, de forma que por cada euro que alguien aporte, la Diputación da otro.

La idea de hacer accesible el cine en euskera es completamente novedosa, ya que no existe ninguna película en este idioma que cuente con audiodescripciones, ni tampoco se ha celebrado nunca un festival de cine adaptado en euskera. “Esto nos ha llamado poderosamente la atención”, indica Raquel Hernández. Además, cree que a través de esta campaña se pueden incluso generar puestos de trabajo, ya que “ahora mismo no hay audiodescriptores en euskera”, con lo cual sería una forma de “profesionalizar el sector”, teniendo en cuenta que la industria cinematográfica en Gipuzkoa “está cogiendo cada vez más importancia”.

A por los 14.000 euros El presupuesto mínimo para materializar el proyecto es de 9.858 euros, que se deben obtener en 40 días, desde ayer hasta el 27 de octubre. “Si solo conseguimos 7.000 euros, no logramos nada. Es todo o nada”, por lo que se devolvería el dinero a las personas que hayan colaborado a través del micromecenazgo, señala Hernández. Si por el contrario se supera la cifra de los 9.858 euros, la asociación Orbela tendrá otros 20 días para llegar al presupuesto óptimo, que es de 13.802 euros. En este caso, si no se logra ese número, no se pierde todo el dinero.

La respuesta que ha obtenido de momento la iniciativa Zinebai ha sido muy positiva. “Estamos encantados. En menos de 24 horas estamos desbordados, porque el vídeo ha tenido mucha repercusión y tenemos muy buenas perspectivas. Pero no nos queremos relajar, porque esto es el boom del principio, son 40 días y no es nada fácil”, insiste Hernández.

Lo importante es que “todo el mundo sume” y dé “tres o diez euros”, porque “cada uno cuenta”. “No va a haber aportaciones de 800, 1.000 o 2.000 euros, son ayudas pequeñas, por eso necesitamos mucha gente”, subraya. Estas personas conseguirán que se cumpla el deseo de Jakes: un cine accesible en euskera.