al menos dos de cada diez jóvenes de entre 14 y 24 años reconoce haber visitado, en el último año, páginas web con contenidos que muestran cómo autolesionarse (21%), hacer daño a otras personas (23%), cómo estar extremadamente delgado (28%) y de experiencias sobre consumo de drogas (33%).

Según la investigación Jóvenes en el mundo virtual. Usos, prácticas y riesgos, elaborado por el Centro Reina Sofía y la Fundación Mapfre -con una encuesta a 1.400 jóvenes-, el 55% de ellos dice que mira el móvil constantemente, el 54% que está saturado y necesita desconexión y casi la mitad reduce el tiempo dedicado a estudiar, a leer y a dormir.

“Ese mal uso de las tecnologías genera daños personales a los jóvenes y reconocen sentirse mal por haber realizado ese mal uso, por ver ciertos contenidos o haber compartido su intimidad”, señala Eulalia Alemany, del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad.

En este sentido, destaca que una cuarta parte de los jóvenes reconocen que encontraron “imágenes o contenidos explícitamente violentos o sexuales que les hicieron sentir mal”.

La experta alerta del aumento de jóvenes que aseguran que duermen menos para estar conectados; así, en 2015 declaraban que dedicaban menos horas al descanso nocturno el 31%, en 2018 se ha elevado al 43%.

“Los jóvenes se sientes saturados y más dependientes de las TIC que hace tres años; más de la mitad reconoce sentirse saturado hasta el punto de necesitar desconectarse”, señala Alemany, quien destaca que buscan la solución a sus problemas entre ellos.

poca solicitud de ayuda Sólo tres de cada diez dice que ha pedido ayuda a sus padres sobre situaciones que surgen en internet o redes sociales y cerca del 10% a sus profesores, lo que denota la poca solicitud de ayuda por parte de los jóvenes.

En cuanto al acoso, 7 de cada 10 cree que es bastante o muy frecuente y el 34% reconoce haber sufrido algún tipo de maltrato, como insultos o amenazas.

Pero ambos fenómenos -sufrir y ejercer maltrato- están relacionados: el 19,5% de los que lo han sufrido, ha ejercido también ese maltrato. Este dato indica que existe el doble de probabilidades de ser maltratador si se ha sufrido maltrato.

Los jóvenes se conectan a internet para buscar información (90%), para escuchar o descargar música (90%), para mantener el contacto con personas a las que no ven (74%) o para jugar a videojuegos (70%), e incluso un 22% reconoce que hace apuestas por internet.

Además, entre el 10% y el 16% de los jóvenes asegura que alguna vez alguien ha usado su contraseña o teléfono para acceder a información privada; que alguien ha utilizado información personal de una manera que no le ha gustado; que ha perdido dinero porque le han engañado en internet; o que algún desconocido ha suplantado su personalidad en la red o en las redes sociales.

Desde la Fundación Mapfre -que realiza talleres escolares desde 5 de Primaria-, el director de salud, Antonio Guzmán, destacó que los niños de menor edad que usan las tecnologías son los que tienen más riesgo y los que dejan de hacer otras cosas, como leer o estudiar, que se va reduciendo cuando aumenta la edad y son más conscientes de las ventajas y desventajas de esas TIC.

supervisión “Hay que supervisar dónde están mirando los jóvenes porque la mayoría no están capacitados para ver determinados contenidos; los jóvenes nos dicen que no están bien establecidos los límites” que deben fijar los padres sobre el uso de móviles y ordenadores, añadió Alemany.

El 91% de los encuestados (de 14 a 24 años) tiene un perfil en redes sociales que usa habitualmente, lo que prohíbe la ley a los menores, demostrando que son muchos los que la incumplen.

Los jóvenes se declaran habilidosos en el manejo de las tecnologías y creen serlo mucho más que sus progenitores o profesores.

“Sería un error prohibir el móvil en el instituto, no se pueden esconder los problemas, es un elemento central de la socialización de los jóvenes; hay que empoderar a los padres y profesores”, concluyó la experta.