Bilbao- Pilar Polo estuvo la semana pasada en Bilbao para participar en la jornada Rompiendo el secreto de la violencia sexual contra la infancia, organizada por la Facultad de Educación y la Dirección para la Igualdad de la UPV/EHU. Polo, psicóloga que trabaja en la Fundación Vicki Bernadet, es una voz autorizada en el tema de la prevención de los abusos y la protección de los menores y hace hincapié en el papel que los profesionales que tratan a diario con los niños tienen en esas labores preventivas. Destaca el valor terapéutico de romper el silencio por parte de las víctimas, aunque sea muchos años después, pero también es importante estar alerta para detectar los mensajes de los niños que cuentan lo que han sufrido.

Ahora, con los medios tecnológicos, la reducción del control familiar? ¿están los niños más expuestos a sufrir abusos?

-No, en el caso del abuso sexual infantil las estadísticas son muy estables a lo largo de los años, lo cual es una mala noticia. Ahora, en teoría, somos una sociedad más avanzada pero seguimos desprotegiendo a los niños, lo que sí ocurre es que actualmente somos una sociedad que está mínimamente preparada para oír hablar del tema de los abusos sexuales en la infancia. Una de las consecuencias de esto es que las entidades que llevamos tiempo trabajando en este tema podemos encontrar al otro lado a alguien que nos escucha.

Los expertos denuncian y alertan, dice que ahora les escuchan, pero ¿se está actuando para evitar los abusos?

-Por un lado está la actuación que pueden llevar a cabo los padres, pero a mi lo que me interesa mucho más es que los profesionales también entiendan que se necesita llevar a cabo la tarea de protección, eso significa actuar, y, entre otras cosas, significa prever las situaciones de riesgo. Debemos plantearnos el papel preventivo realmente importante que tiene que tener todo el personal que trabaja con infancia.

¿Se corre el riesgo de que esa prevención de la que habla se convierta en hiperprotección de los niños?

-No se trata de eso. Al contrario, yo reivindico la tribu, que consiste en que un niño para estar protegido tiene que estar siendo mirado por mucha gente. Sin embargo aquellos niños que están siempre metidos en casa son niños que solo tienen la mirada de los padres. Si tienen la mala suerte de que los padres no sean suficientemente dados al buen trato, este niño puede acabar siendo maltratado, con lo cual el ser protector y ser preventivo no significa tener a tu niño encerrado en casa. Justo al contrario, lo que significa es que tu le vas a dar las estrategias para que se pueda proteger, vas a dotarle de personas a su alrededor que son conscientes de cómo protegerlo y de cómo actuar. Eso es lo que decimos.

¿Cuál es la peor parte del abuso sexual infantil: la cosificación del niño o niña, el abuso de poder del adulto, la indefensión??

-Todo es grave, pero posiblemente lo peor, lo más importante en el caso de abusos sexuales infantiles es lo que pasa cuando un niño lo revela por primera vez, porque no todos los niños cuando lo cuentan son creídos. El apoyo social que recibe un menor una vez que ha hecho la primera revelación de lo que sufre o ha sufrido es lo fundamental.

¿Se da mucho que las denuncias no sean creídas?

-Posiblemente muchas de estas personas que ahora como adultas han revelado el abuso pueden explicar en su historia que ya lo dijeron y que nadie hizo nada, con lo cual eso hace que las consecuencias que sufren sean mucho más graves. Es como decir no soy digna de que nadie actúe por mí, no soy digna de que nadie me defienda. Creo que esta es posiblemente la parte más importante. Al menos en todos los estudios que hablan de psicopatología asociada al abuso infantil la variable más importante es el apoyo social que han recibido las víctimas.

¿El niño que ve que le creen cuando cuenta lo que le ha pasado se recupera mejor del daño que causan esos abusos?

-Claro, porque sabe que alguien le ha creído, que su verdad es la verdad y porque nadie le cuestiona. A partir de ahí el trabajo terapéutico de recuperación del cuerpo o de otras cosas será más fácil, pero si no te creen y guardas silencio muchos años y cuando vuelves a decirlo te cuestionan, te dicen por qué lo dices ahora si eso ya pasó hace mucho? entonces las consecuencias del abuso son mucho peores.

Recientemente en Bizkaia se están haciendo públicos casos de personas que sufrieron abusos en la infancia y ahora, ya adultas, lo cuentan, ¿esto es algo positivo?

-Esos pronunciamientos son muy positivos, pero no sé si el lugar adecuado para hacerlos es la prensa, esa es la duda que tengo.

¿Denunciar públicamente, aunque sea tarde, ayuda a las víctimas?

-Que una persona adulta pueda romper el silencio después de muchos años significa que empieza a tomar el control sobre su vida, que la dinámica de poder que envuelve el abuso desaparece o empieza a desaparecer y esta persona empieza a controlar. De lo que tengo dudas es de que el mejor método para hacer esa denuncia sea salir en la prensa. También es verdad que la publicación en medios de comunicación de estos casos ayuda a que otras personas se animen a hablar. Eso es una parte muy positiva. Exponerse públicamente tiene ese aspecto muy positivo de prevención, pero no sé si a nivel terapéutico es lo mejor para estas personas. No obstante, hay que tener en cuenta que romper el silencio que envuelve el abuso sexual es el primer paso para romper la dinámica de poder, para tomar el control sobre tu vida y empezar a ser quien te mereces ser: ser digna de ser tú y no el objeto sexual en el que te convirtieron.

¿Hay algún rango de edad en el que sea más habitual sufrir abusos sexuales?

-Los estudios señalan que en el caso de las niñas alrededor de los 7 u 8 años es la edad de inicio más habitual de los abusos. Esa es la edad más crítica en la que todos los estudios coinciden. En el caso de los niños no queda tan claro.

¿Y cuándo se suelen denunciar esos abusos, mientras se sufren, cuando han acabado??

-Los niños pequeños que explican que sufren abusos lo plantean como una información o un juego y ahí es donde le corresponde al adulto recoger lo que dicen y ser capaz de actuar en consecuencia. Los adolescentes, si lo cuentan, se lo cuentan a los amigos, con lo cual si el amigo minimiza el tema o no está a la altura, la denuncia ahí se queda. Lo que es seguro y está contrastado en todos los estudios al respecto es que muy pocas veces el abuso se cuenta cuando está ocurriendo.