4 Ataques CERTIFICADOS

La osa ‘Claverina’, introducida en octubre de 2018 por Francia en el Pirineo, ha causado 4 ataques a ovejas.

1 Ataques CERTIFICADOS

El azor es el causante de un único ataque confirmado desde 2014, uno denunciado el año pasado a unas gallinas.

72 ATAQUES CERTIFICADOS

A los buitres se les atribuye un total de 72 ataques certificados: 20 en 2014; 16 en 2015; 13 en 2016; 12 en 2017 y 11 en 2018.

PAMPLONA - Los ganaderos navarros han reclamado en los últimos cinco años 120 ataques de fauna silvestre a ganado vivo, de los cuales 77 fueron confirmados por los veterinarios del Gobierno de Navarra, que ha abonado un total de 48.063,03 euros en indemnizaciones a los afectados. El buitre es la especie que ha causado la práctica totalidad de los ataques a ganado desde 2014 hasta la introducción el pasado mes de octubre en los Pirineos de dos osas, a las que se atribuyen por el momento cuatro ataques a ovejas en la Comunidad Foral.

El registro que lleva el departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local indica que vacas, yeguas, potros, ovejas, corderos e incluso gallinas han sufrido en los últimos cinco años ataques por parte de buitres en zonas como el valle del Roncal, Salazar, Urbasa, Aezkoa o la Ultzama, que han sido indemnizados por el Gobierno de Navarra. “Los daños que causan a los ganaderos especies protegidas como el buitre, el azor o el oso pardo son asumidos por la Administración porque se ha determinado que el peso económico que supone la actividad de estas especies no puede ser soportado solo por el ganadero”, explica Gloria Giralda Carrera, jefa de Sección de la Comarca Pirenaica.

Para que los ganaderos accedan a la correspondiente indemnización, “la causa de la muerte tiene que ser el ataque del animal o la fauna salvaje. Si el animal se encontraba agonizando previamente, la reclamación se desestima”, señala Giralda, quien explica que “cuando un ganadero sufre la pérdida de una cabeza de ganado, tiene que tapar los restos y llamar a los guardas de Medio Ambiente, que comprueban lo que ha pasado y avisan a un veterinario para que haga una peritación si quedan restos suficientes del animal. El veterinario analiza las heridas y debe certificar que el animal estaba sano”.

Tras el informe que realizan los miembros del Guarderío Forestal, el ganadero debe registrar una instancia reclamando por la muerte del animal en cuestión. “Para la resolución de la reclamación es fundamental el informe del veterinario”, recalca la jefa de Sección de la Comarca Pirenaica, que precisa que “las cantidades indemnizatorias están fijadas en un baremo de Ganadería que se va actualizando, que dice cuánto vale cada tipo de cabeza de ganado”.

LOS ATAQUES DE OSO, MÁS CAROS El precio de los ataques del oso pardo, sin embargo, están establecidos en su propio plan de recuperación de esta especie y dado que se trata de una especie con una protección especial, por estar en peligro de extinción, el Gobierno de Navarra además de pagar lo estipulado por el tipo de ganado atacado, abona 300,51 euros adicionales.

En 2014, los ganadores navarros tramitaron 20 reclamaciones, todas ellas estimatorias, por un importe total de 10.969,86 euros; en 2015 hubo 16 estimadas (7.415,08 euros) y 3 desestimadas; en 2016, 13 estimadas (8.949,53 euros) y 9 desestimadas; en 2017, 12 estimadas (11.710,24 euros) y 14 rechazadas; y este año se han contabilizado 16 estimadas (9.291,32 euros) y 17 desestimadas. Los datos totales indican que el Gobierno de Navarra ha indemnizado en los últimos cinco años 77 ataques (48.063,03 euros) y ha desestimado 43 reclamaciones.

Aunque los buitres han protagonizado el 93% de los ataques de fauna silvestre en los últimos cinco años, Gloria Giralda destaca que “no hay que olvidar que es una especie que hace una labor buenísima de limpieza del monte de cadáveres, que contribuyen al equilibro ecológico de forma determinante, aunque hay que admitir que los buitres tienen un lado mucho menos amable por los daños que causan a los ganaderos”. Según el último censo realizado en 2009, en Navarra se estima que hay unas 2.800 parejas de buitres adultos.

MENOS CASOS Para completar la alimentación de estas aves necrófagas, el Gobierno foral cuenta con la red de muladares, denominados PASAN (Puntos de Alimentación Suplementaria de Aves Necrófagas), que permiten gestionar su ubicación en zonas y momentos idóneos para minimizar los problemas que ocasionan y que se han reducido drásticamente en los últimos años (entre 2005 y 2009 se reclamaron 420 ataques y se indemnizaron 133). Actualmente, están en funcionamiento 18 muladares en Napal, Zurucuain (Yerri), Carcastillo, Sangüesa, Roncal, Indurain (Izagondoa), Lumbier, Irurozki, Ayechu, Navascués, Zudaire (Améscoa baja), Aibar, Ochagavía, Jaurrieta, Garralda, Unanu, Aguilares (Arguedas) y Mainate (Bardenas Reales).

A través de estos muladares se suministran unos 1.000 kilogramos de comida al día, entre los meses de octubre y junio (cada PASAN tiene una cantidad y una periodicidad diferente según la carga poblacional), hábiles para alimentar a unos 2.000 ejemplares. Con estos suministros también se consigue llevar a cabo la gestión territorial de las poblaciones y reducir sus desplazamientos.