Pamplona - Uno de los testimonios más relevantes que se pudo escuchar en la mañana de ayer en la Sala de Apelaciones de la AN, debido a la imparcialidad de la que estaba nutrido, fue el de una joven que en el momento de los hechos era amiga de la novia del teniente agredido. Esta chica, que no tiene relación directa ni supuesta amistad con los condenados, corroboró que incluso aquella noche, en el bar Koxka, saludó y estuvo charlando con las parejas de los guardias civiles. La relevancia de su declaración se alza sobre el hecho de que hasta el momento no había sido citada y que, como bien señalan las defensas, el testimonio de los denunciantes ni siquiera ha sido avalado por testigos propuestos por ellos.

La joven, que bien podía haber sido citada en el proceso por su amiga, reconoce que ahora no mantienen relación entre ellas desde los hechos. Lo que declaró alimenta las dudas sobre los posibles errores que pueda haber en la causa respecto a la identificación de las personas y en la manera en la que pudieron ocurrir los hechos. Así, la testigo relató que no había visto “ninguna agresión, solo vi vasos de chupito volando”. Reconoció que hubo gente que salió entonces al exterior, pero que la noche continuó con normalidad en el Koxka y que ella esperó un rato a abandonar el establecimiento. Una vez fuera, se encontró con el teniente en el suelo y a su amiga “asustada” a su lado. Les dijo si necesitaban algo y ella rechazó su ayuda. De la misma manera, la joven dijo haber escrito a su amiga al día siguiente sin haber obtenido respuesta.

Su testimonio ratifica lo dicho por otros testigos sobre cómo transcurrió el incidente y la entidad y gravedad de los hechos. Nadie que haya declarado en el procedimiento salvo los propios denunciantes vieron en el Koxka algo parecido a un “pasillo de la muerte” como el relatado en la denuncia. Aquello no tiene ninguna base probatoria. - J.L./E.C.