málaga - David Serrano, el dueño de la finca de Totalán (Málaga) en la que se encuentra el pozo por el que cayó Julen, aseguró ayer que el día del accidente protegió con dos bloques de hormigón el agujero que hizo el responsable de una empresa especializada y que, según él, había dejado “abierto”.

Asimismo, aseguró que advirtió del peligro de que alguien pudiera meter un pie, pero añadió que “jamás” pensó que un niño pudiera caber por ese agujero.

“Eso yo nunca me lo voy a perdonar, el que no haya visto ese peligro allí”, aseguró David Serrano en rueda de prensa, al tiempo que insistió: “Jamás en mi vida pensé que por ahí cabía un niño”. Manifestó que desde aquel día “todo” le da igual y señaló que “ha sido Julen, pero podría haber sido mi niña chiquita de dos años”, que también estaba ese día.

Explicó, a través de la lectura de parte de un comunicado, que escuchó “voces aterradoras”, se acercó a donde iban los demás y “era lo que había pasado, el niño se había escurrido entre los dos bloques y había desaparecido”.

Su equipo jurídico, que lleva el despacho de abogados Lawbird, sostiene que “no es un accidente que se pueda prevenir, no es previsible, es imposible que David lo pudiera predecir”, dijo el letrado Antonio Flores, por lo que puso en duda que sea un homicidio imprudente, aludiendo a los accidentes domésticos en los que fallecen menores “que sí son previsibles”. “Él en ningún momento tuvo percepción de ese peligro real”, dijo.

Por su parte, el arquitecto Jesús Flores, que asesora al equipo jurídico, apuntó que del informe que él ha realizado se extrae que la situación de riesgo “no fue por decisiones” del dueño de la parcela, pero “sí como consecuencia directa de acciones y omisiones del profesional” que perforó el pozo, “sin autorización oficial y ni proyecto y sin que se adoptasen las mínimas medidas de seguridad”.

Por eso, aunque los representantes del equipo legal dijeron que “no puede haber una presunción de culpabilidad” y que están contra esa percepción de que “tiene que haber un culpable”, apuntaron que “la única responsabilidad penal, si la hubiese, sería de ese profesional” -el pocero-, dejando claro que su cliente no está como investigado en la causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, en la que están personados ya “en calidad de parte interesada”.

El dueño de la finca indicó que su intención en la parcela era plantar aguacates y mangos. “Maldita la hora”, aseguró.- E.P.