roma - El Papa asumió ayer que el maltrato y abuso a monjas por parte del clero “es un problema” que “todavía se hace”, al tiempo que denunció que “la mujer es considerada de segunda clase”. Así lo puso de manifiesto durante la rueda de prensa en el avión de regreso a Roma de su viaje de apenas 40 horas a Abu Dabi.

“Es cierto, dentro de la Iglesia ha habido clérigos que han hecho esto. En algunas civilizaciones de manera más fuerte que en otras. Ha habido sacerdotes y también obispos que han hecho esto. Y yo creo que todavía se hace: no es que se acaba cuando te das cuenta. La cosa sigue adelante así. Y desde hace tiempo estamos trabajando en esto. Hemos suspendido a algunos clérigos, expulsados, y también (no sé si ya se acabó el proceso) deshecho alguna congregación religiosa femenina que estaba muy relacionada con este fenómeno”, señaló el Pontífice.

Un periodista recordó al Santo Padre el artículo publicado por la revista femenina de L’Osservatore Romano en la que se denunciaba el abuso sexual que han sufrido mujeres consagradas en la Iglesia por parte de sacerdotes. Así, le preguntó si es posible pensar que la Santa Sede puede hacer algo para afrontar también este problema con un documento o líneas guía.

“Es cierto, es un problema. El maltrato de las mujeres es un problema. Yo osaría decir que la humanidad todavía no ha madurado: la mujer es considerada de segunda clase”, contestó el Papa.

Además, señaló que se trata de “un problema cultural” que “llega incluso a los feminicidios”. El Papa dijo que se trata de “una corrupción”.

“¿Hay que hacer algo más? Sí. ¿Tenemos la voluntad? Sí. Pero es un camino que viene de lejos. El Papa Benedicto XVI tuvo la valentía de clausurar una congregación femenina que tenía cierto nivel, porque había entrado en esta esclavitud, incluso sexual, por parte de clérigos o por parte del fundador. A veces el fundador les quita la libertad a las monjas, puede llegar a esto. Quisiera subrayar que Benedicto XVI tuvo la valentía para hacer muchas cosas en relación con este tema”, manifestó.

“Hay una anécdota: él tenía todos los documentos sobre una organización religiosa que dentro tenía corrupción sexual y económica. Él trataba de hablar de ello, pero había filtros, no podía llegar. Al final, el Papa, deseando ver la verdad, hizo una reunión y Joseph Ratzinger se fue de allí con el sobre y todos los documentos. Cuando regresó, le dijo a su secretario: “ponla en el archivo, ganó el otro equipo”, relató.

“No debemos escandalizarnos por esto. Pero cuando se convirtió en Papa, lo primero que hizo fue: “Tráeme esto del archivo”. El folclore lo presenta como débil, pero no tiene nada de débil”, concluyó.- E.P.