Pamplona - Falleció ayer en Pamplona a los 66 años de edad el doctor pamplonés José Elizalde Fernández, Pepe, tras no poder superar una última intervención quirúrgica. Murió en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) lugar en el que ha desempeñado la mayor parte de su prolija labor asistencial como médico intensivista. Pepe Elizalde tuvo que dejar precipitadamente su ejercicio profesional hace algo menos de dos años debido a un fatal accidente mientras jugaba a pelota en el trinquete del Club de Tenis, una de sus múltiples aficiones, y cuando se encontraba al frente de la coordinación de trasplantes de Navarra. Su fallecimiento ha causado un enorme pesar en el ámbito sanitario y en el resto de la sociedad pamplonesa por su aportación cultural y festiva con su txistu virtuoso, su carácter jovial y generoso, y su popularidad dada su pertenencia a la familia de la churrería de la Mañueta.

Funeral tras donar los órganos Nacido en Pamplona en abril de 1952, estudió en el colegio de los Jesuitas y se licenció como médico en la Universidad de Navarra. Tras realizar su especialización en el Hospital de Lugo, regresó a Pamplona donde ha ejercido la Medicina y la mayor parte de su carrera profesional en la sanidad pública haciendo gala de su valía profesional y, especialmente, de una gran empatía con los pacientes y sus familias. Compatibilizó su ejercicio profesional en la UCI con la coordinación de trasplantes, primero en el CHN y posteriormente en el autonómico, y siempre alentó este gesto solidario del que él mismo ha sido consecuente haciendo donación de sus órganos. Las gestiones para realizar esta donación han influido en la fijación del funeral para este miércoles a las 19 horas en la parroquia San Francisco Javier. Han sido numerosas las ocasiones en las que a lo largo de su vida ha dejado patente la necesaria implicación en la donación de órganos. Un ejemplo, 2015, en una jornada organizada por Cocemfe. Pepe Elizalde volvió a destacar la importancia de las donaciones de órganos, proceso del que subrayó el trato que debe recibir la familia del donante. “Es un proceso -dijo- que se inicia en la mayor parte de los casos cuando la familia de la persona fallecida consiente donar los órganos. Es muy importante tener el máximo respeto hacia la familia que ha perdido al ser querido, generar confianza, naturalidad y muchísimo respeto”. Su mensaje se hacía extensivo a la hora de animar las donaciones en vivo. En esta técnica, “la persona dona un riñón o parte del hígado, que posteriormente se regenera con lo que la calidad de vida del donante no merma”. Elizalde ha sido, además, uno de los mayores especialistas en Micología y desde su condición de facultativo intensivista ha ayudado a muchos pacientes a superar intoxicaciones por el consumo de setas y hongos y, sobre todo, a la divulgación y formación ciudadana para evitarlas. Como gran conocedor de estos riesgos, en una de las muchas entrevistas concedidas, dado que siempre fue una persona cercana y accesible, se permitió dar, entre otros, el siguiente consejo: “Hay seteros atrevidos y seteros viejos, pero no hay seteros atrevidos y viejos. No convirtamos un día de excursión en una peregrinación al hospital”. Parecía tener tiempo para todo y por eso Pepe Elizalde deja también un grato recuerdo en su ciudad, Iruña, que le ha visto contribuir a la diversión de sus vecinos. De carácter sanferminero y virtuoso del txistu era habitual su participación en la visita de San Miguel de Aralar, en el Olentzero (salió por primera vez con 8 años junto a su hermano Elías y más tarde también con Tito y Fermín. La última vez, el pasado 24 de diciembre, junto a su hijo Milkel y sus hermanos) y en otros eventos con actuaciones espontáneas solo o en grupo como con los txuntxuneros (Mugarik Gabeko Txuntxuneroak/Txuntxuneros Sin Fronteras) que tanto han animado las calles. Pese a la gravedad de su dolencia, nunca dejó el txistu.

hijo de paulina, de la Mañueta En la improvisada biografía de este célebre y polifacético pamplonés, padre de un hijo, Mikel, y miembro destacado de un amplio círculo de amistades, no puede obviarse su pertenencia a la churrería de la Mañueta y con ello a la popular saga familiar que ha hecho de los churros todo un referente en Pamplona. Su madre, Paulina Fernández, recibió en septiembre de 2016 el I Pañuelo de Pamplona, instituido con motivo del Privilegio de la Unión y en aquel acto estuvo Pepe Elizalde, como no podía ser menos, junto a otros miembros de esta extensa familia, acompañando a su madre. También participó un año más tarde en el homenaje dispensado por los txistularis con motivo de los 145 años de este peculiar establecimiento. Goian Bego. - L.C.H.