pamplona - La representante de la Fiscalía navarra que ha ejercido la acusación pública en el crimen de Corralillos volvió a recordar ayer ante el jurado popular que, según su teoría, el hombre que está sentado en el banquillo, Luis Alberto Alarcón Aguirre, peruano de 50 años y vecino de Pamplona, se excedió en la defensa que realizó ante la inesperada irrupción cuando dormía en su furgoneta de Daniel de la Fuente, que falleció a los 22 años en septiembre de 2017. Aunque ayer, ciertamente, la Fiscalía incluso empezó a dudar de si los hechos que desencadenaron la agresión fueron como los cuenta el procesado y admitió que hay “tantas hipótesis” que “nunca sabremos lo que pasó. “Incluso en la hamburguesa que llevaba Dani para comer el día siguiente había una gota de sangre, y no la había en su mochila. O igual le pidió la furgoneta para irse a Noruega para ver a su novia. Las hipótesis son múltiples, pero la verdad es que Dani no está para contarlo y que el acusado no ha contado las cosas como son. Ha faltado a la verdad y ya ven (le dijo al jurado) que ni siquiera quiso responder a nuestras preguntas”.

legítima defensa incompleta La Fiscalía, que reclama ocho años por homicidio con una legítima defensa incompleta, defendió que lo que no puede ocurrir es que vayamos a considerar “al acusado como víctima. También hay que ponerse en la situación de quien ha perdido a un hijo y a un amigo”. La fiscal Cristina Córdoba enfatizó que “hay una serie de datos que nos dicen que el acusado quería matar, para defenderse, pero lo quería hacer. De hecho, él admite en sus declaraciones que estuvo estirando tres minutos del cinturón para estrangular al fallecido, que lo hizo hasta que se le cayó la mano y además le estaba viendo la cara, que lo va arrinconando hasta que cae cerca del cinturón y que incluso le pone la pierna encima del cuello. Por eso Dani tiene un hematoma de 19x12 centímetros en el hombro, porque cayó del asiento de la furgoneta y una vez ahí le pudo poner el cinturón en el cuello”.

En sus conclusiones, que se prolongaron durante 40 minutos, la fiscal destacó que el acusado tenía más opciones. “Pudo huir, abandonar el lugar, seguir peleando... No hay prueba de que Daniel entrara a matarle. El acusado mató para defenderse, pero podía haberse defendido sin matar, se extralimitó. No era necesario”.

Para explicar la llamada del encausado al 112 pidiendo auxilio, el Ministerio Público afirmó que lo hizo “porque ya sabía lo que había hecho, era consciente de que lo había matado. Y el hecho de atarle los pies con un cinturón es una coartada que no tiene ni pies ni cabeza, que haga eso para que no le ataque o huya no tiene sentido. Le quitó el cinturón del cuello. Sabía lo que había hecho”.

UNA PELEA QUE REBAJA A 5 MINUTOS La fiscal situó los hechos por vez primera en horas. Aseguró que empezaron a las 2.42 horas, cuando su móvil realiza una foto en negro como si fuera un pantallazo. “Ahí se le cayó el móvil y se fija la hora de comienzo. Y a las 2.55 horas llama a SOS. La pelea dura ese lapso de tiempo. Pero no es desde luego una pelea de 20-30 minutos como narra el acusado, entonces tendría que tener el cuerpo lleno de moratones Y a ese lapso de tiempo hay que restarle los tres minutos mínimo de la asfixia, el tiempo en el que le suelta el cinturón del cuello, el que pierde para atarle los pies y el tiempo en el que busca el teléfono. Él dijo 8 minutos. Por ello da igual cuando llegara la asistencia, porque Dani estaría ya en muerte cerebral en cualquier caso. Ni la mejor UVI móvil hubiera cambiado su situación”.

La fiscal también destacó que entre el historial de la víctima no había reflejado ningún problema psiquiátrico. Ese fin de semana sufrió “una crisis de ansiedad”, pero era un chico “normal”, como dijo la Policía que analizó su teléfono. “Hay que salvar su buen nombre. Nadie iría a suicidarse entrando en una furgoneta a pelear”.

El objeto del veredicto, con una veintena de preguntas, se entrega hoy al jurado. El jurado popular, que componen nueve ciudadanos sin ninguna experiencia ni conocimiento del Derecho Penal, recibirá hoy el objeto del veredicto que ha elaborado la magistrada Raquel Fernandino, de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra. El cuestionario debe ser consensuado entre las partes y tendrá una veintena de preguntas, entre ellas si el acusado merece ser indultado en caso de condena. Algunas serán incompatibles entre sí. Para dar por probada una pregunta que perjudique al acusado, se requieren siete votos de los jurados. Sin embargo, si hay una cuestión que le beneficia, solo hacen falta cinco votos para darla por probado. Finalmente, al contestar, obtendrán un resultado de culpable o no culpable.

Opciones. Las partes plantean que el acusado puede ser condenado por asesinato, por homicidio con abuso de superioridad, por homicidio con eximente incompleta de legítima defensa o absuelto por ser eximente completa esa legítima defensa o haber miedo insuperable.