BILBAO. En un comunicado, hecho público "coincidiendo con el cierre de la cumbre sobre la pederastia en la Iglesia celebrada en el Vaticano", el grupo de supuestas víctimas del exsalesiano asegura que, en todo momento han sido "conscientes del recorrido judicial limitado" de sus denuncias, en alusión al archivo de ocho de ellas, al haber prescrito. Sin embargo, ha querido "aclarar a la ciudadanía" que prescripción "no quiere decir inocencia".

"Las 31 denuncias interpuestas hasta la fecha ya hablan por sí mismas. El auto judicial simplemente pone de manifiesto que el tiempo transcurrido, desde el cumplimiento de la mayoría de edad de los denunciantes, impide proseguir las actuaciones judiciales y juzgar al denunciado", afirman.

Según añaden, el hecho de denunciar "también persigue el objetivo de dar a conocer a la sociedad y a los poderes públicos la intensidad, dimensión y alcance de estas atrocidades".

Por ello, han animado a interponer denuncias "a todas aquellas víctimas que estén dudando de la eficacia de acudir a la policía". "Tenemos la certeza de que hay más personas afectadas, compañeros nuestros, a las que, desde el respeto más absoluto a su momento personal, invitamos a denunciar y transmitimos, desde ya, todo nuestro apoyo", aseguran.

"APARATO ENCUBRIDOR"

Por otra parte, comunican su empeño en "conocer la verdad y toda la verdad como único camino para cerrar definitivamente" sus "heridas". En este sentido, exigen "a la iglesia en general, y a los salesianos en particular, contundencia, honestidad, transparencia y humildad en el reconocimiento de todo el daño causado, y en las medidas a adoptar para descubrir y perseguir a los abusadores y a los encubridores que consintieron que los abusos se perpetuasen en el tiempo".

Para los denunciantes de los abusos, resulta "insultante" que la justicia canónica y sus instituciones jurídicas, "empezando por el Secreto Pontificio", constituyan "la base sobre la que se sostiene el aparato encubridor".

En este sentido, instan a que "se operen los cambios y reformas oportunas en el ordenamiento jurídico de la Iglesia que permitan, no solo condenar a los abusadores, sino también a los encubridores". "Quien encubre el delito permite que éste se perpetúe y repita en el tiempo, multiplicando el número de víctimas", añaden.

Por último, piden a los políticos a que, "lejos de capitalizar y rentabilizar electoralmente esta lacra social tristemente de actualidad", sitúen el tema en la agenda política "con la alta intensidad que merece, promoviendo los cambios legislativos oportunos para que estos delitos no prescriban nunca".

"Para que las penas sean proporcionadas y proporcionales al daño causado a las víctimas y a toda la sociedad, y para que los sistemas públicos atiendan a las víctimas con la especialización y profesionalidad que necesitan", concluyen.