Volví a ver el partido ante el Alavés con la intención de descubrir por fin qué factores explicaron el resultado y no otro. No es como volver a ver una película donde el director decide qué mostrar y qué ocultar en un entorno ficticio, aunque se le parece. En el fútbol no hay guion ni cortes, todo es real, ocurre en tiempo real y cada movimiento puede cambiar el desenlace.

Los equipos preparan jugadas ofensivas y defensivas, pero cada acción busca desarmar la del rival. Descubrir la verdad del fútbol exige mirar más allá del primer vistazo. Aunque existan actores fuera de escena como entrenadores, directivos, árbitros, medios y aficionados, todo se decide en el césped.

Cuando ves un partido en directo y tienes preferencias por un equipo es complicado ser objetivo. Los “¡uy!” y los goles en ambas áreas demandan tu atención y te impiden percibir lo que realmente sostiene el juego, movimientos sin balón y espacios que se abren y se cierran muchas veces fuera del foco de la cámara y de nuestra vista. Por mucho que lo analicemos, sin emociones el fútbol se reduce a once contra once persiguiendo un balón para marcar en la portería rival y no encajar en la propia.

En una revisión más pausada no solo ves lo que pasa alrededor del balón. Descubres cómo un lateral condiciona la salida rival, cómo un mediocentro tapa huecos que no habías visto o cómo dos jugadores se estorban porque sus roles no están claros. Muchas veces este análisis explica decisiones que parecen incomprensibles como la insistencia de un entrenador en mantener una determinada formación o a un jugador cuestionado. Su función táctica puede ser decisiva aunque no brille a simple vista ni en las estadísticas.

El fútbol no se entiende solo con titulares ni resúmenes que a menudo repiten tópicos en los que nos refugiamos por costumbre. La esencia está en los patrones y pequeñas acciones que sostienen el rendimiento, incluyendo miradas y gestos. Estos detalles solo se aprecian cuando se analiza el partido con una segunda mirada despojando la emoción y aplicando criterios tácticos y métricas objetivas. Además, esta revisión permite intuir causas y efectos porque ya conocemos el desenlace. Los profesionales lo hacen y ahí nos llevan ventaja.

El autor es exfutbolista y profesor de la UPNA.