málaga - El pequeño Julen, el niño de dos años que fue rescatado sin vida a los 13 días de caer en un pozo en la localidad malagueña de Totalán, se encontraba debajo de un tapón de 33,180 kilos de tierra y su cuerpo presentaba, además de fractura craneoencefálica, otras heridas post mortem.

La autopsia preliminar, elaborada en su momento por el Instituto de Medicina Legal, establece como causa de la muerte el traumatismo craneoencefálico severo, presentando heridas en la zona temporal izquierda y frontotemporal.

Asimismo, fuentes judiciales indicaron que en el estudio al cuerpo del pequeño se encontraron restos de tierra en el estómago, el esófago, así como en las manos; muestras que se tomaron para su análisis y cotejo. También se ha analizado la tierra del tapón que había sobre Julen, que se produjo, según la investigación, de forma accidental por la propia caída del menor.

Inicialmente, se estima que el fallecimiento se produjo el mismo día, aunque las fuentes apuntaron a que aún hay que esperar a que esté y sea remitido al juzgado el informe definitivo de autopsia para concretar aspectos como la data de la muerte.

Por su parte, la piqueta usada en las labores de rescate de Julen, no tiene restos de sangre: solo tierra y restos de pelos.

Fuentes judiciales aseguraron que, si el menor hubiera fallecido por los golpes que recibió en la cabeza de los rescatadores como mantiene la defensa del dueño de la finca, David Serrano, “tendría que haber restos de sangre y no los hay”.

Además aseguraron que, aunque es cierto que falleció por un traumatismo craneoencefálico severo, la herida que le hubiera producido la piqueta es de características muy específicas, de tipo inciso contusa, y que en la autopsia preliminar no se especifica.

La defensa del dueño de la finca presentó la semana pasada ante el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga un informe cuyas conclusiones “permiten presumir” que la muerte del pequeño “se pudo producir durante las labores de rescate” y que apuntaban a que podría ser el uso de una piqueta en las primeras horas de dichas tareas, lo que explique las heridas que presenta el menor.

Dicho informe técnico mantiene que las actuaciones con la piqueta, diez impactos en total, entre las 17.30 y las 21.00 horas del día del incidente es lo único que físicamente pudo producir las heridas en la cabeza y cráneo del menor.

Además en dicho informe se recuerda que los forenses determinaron que sufrió un traumatismo craneoencefálico severo que afectó a la zona temporal y frontotemporal y que difícilmente pudo recibir un impacto de esa magnitud durante la caída. - Efe/E.P.