Los padres y madres de Altsasu Gurasoak volvieron ayer a enterarse del fallo que desestimaba los recursos de la Fiscalía y de las defensas por los medios de comunicación. “Ha sido una nueva filtración escandalosa, como todas, seguimos enterándonos por la prensa antes de que los abogados y abogadas tengan notificación. ¿Es habitual? En nuestro caso sí”, lamentaba ayer Edurne Goikoetxea, portavoz de Altsasu Gurasoak. “Es una dinámica perversa que juega con los tiempos, con los sentimientos y con las informaciones en la que pretenden que seamos sus marionetas”, señaló.

Esta madre no se cansaba de repetir ante los micrófonos de que “nos han vuelto a golpear. De la Audiencia Nacional no esperábamos gran cosa pero confirma su idea de mantener el castigo y la injusticia sigue en pie. Siguen con la misma estrategia, condenando con un relato que nada que tiene que ver con las pruebas y lo que se vio en el juicio”, recordó. “Mientras tanto el sufrimiento de los chavales, de las familias y del pueblo en general sigue ahí. Cada día que están encarcelados es un día que ganan en su afán de castigar”.

Asimismo, incidía en la necesidad de que la ciudadanía oiga diferentes voces. “En los medios generalistas el único mensaje que está llegando es el que han querido dar. Parece novedoso que no es terrorismo. Todo el mundo sabía que no era terrorismo”, apuntó. “También lo sabían ellos pero era la manera de llevarnos a la Audiencia Nacional y meter unas penas estrambóticas por unos hechos que en ningún momento se ha intentado averiguar”.

En relación a la rebaja de 10 a 6 años de la pena a Iñaki Abad, a quien en un principio la Audiencia Nacional condenó a 13 años por un error, señaló que “no es una buena noticia. Es un poco menos mal porque sigue con una condena de 6 años. La única buena noticia es que estén libres en la calle. Todo lo demás será seguir protestando y seguir reclamando justicia”.

En un segundo plano observaba la entrevista Igone Goikoetxea, la madre de Jokin Unamuno, condenado a 12 años y en prisión desde noviembre de 2017, 844 días como marcaba ayer el contador que hay delante del Ayuntamiento. “En este momento prefiero no hablar. Quiero que me dé el sol en la cabeza y me calme el espíritu. Lo necesito”, observó, al tiempo que remitía a la rueda de prensa prevista para mañana en Pamplona.

Y es que había mucho dolor entre los padres y madres, dolor, rabia y también hartazgo, sentimientos y sensaciones que comparten con muchos y muchas altsasuarras, cansados de la utilización política que se ha dado a este caso y a todo un pueblo. El último episodio fue la visita del presidente del PP, Pablo Casado junto con la presidenta de los populares navarros, Ana Beltrán, así como los periodistas Eduardo Inda y Carlos Cuesta al bar Koxka. Pero ayer también fue un día de abrazos y palabras de ánimo. “Nuestros hijos e hijas han pasado a formar parte del pueblo y también de la sociedad navarra, que en ellos están viendo reflejado las ganas de castigo. Les volvemos a pedir que salga a la calle”, destacó Edurne Goikoetxea.

EL SIGUIENTE ESCALÓN, EL SUPREMO En relación al recorrido judicial, adelantó que lo siguiente será recurrir al Tribunal Supremo. “Son muchos escalones en el que el tiempo juega en nuestra contra”, observó. Lo cierto es que los padres y madres desde el principio han mirado a Europa. “Seguiremos el recorrido judicial, aunque viendo la situación de la justicia en el Estado español, por desgracia, el camino que queda es largo y el final está en Estrasburgo”, apuntó Bel Pozueta, la madre de Adur Ramírez de Alda. “Para entonces nuestros hijos ya estarán en la calle y tanto ellos como la sociedad habrán vivido una gran injusticia”.

Lamentó que el juicio celebrado en la Audiencia Nacional “no ha sido garantista, la presunción de inocencia no ha existido y no se han tenido en cuenta las evidencias aportadas ni en el juicio ni ahora en el recurso”. Al respecto, destacó que “se han basado en un relato construido por cuatro personas, los dos guardias civiles y sus parejas” y que no se ha tenido en cuenta diferentes pruebas que cuestionan esas versiones, sobre todo el vídeo grabado por Iñaki Abad. “Se ve al sargento con la camisa impoluta junto a tres chavales que hoy están en la cárcel. A los que no reconoce como agresores aunque se le ve que está en actitud de búsqueda y que pasados tres días denunciará como agresores siguiendo no se sabe qué mandato”, abundó. “Se siguen afirmando en ese relato para generar dolor y desde unos planteamientos de venganza”.