roma - Los científicos con sus predicciones negativas y los jóvenes estudiantes con sus eslóganes a favor del planeta demostraron ayer hablar un mismo idioma, el de la lucha contra el cambio climático, del que esperan que tome nota la política.

Miles de jóvenes estudiantes marcharon ayer en numerosas ciudades de todo el mundo para exigir a los políticos medidas urgentes y eficaces contra el cambio climático, convocados en el marco del movimiento Youth for Climate (Jóvenes por el clima, en español). En el Estado se celebraron manifestaciones en más de 40 ciudades y las más numerosas se registraron en Madrid y Barcelona. En Pamplona, decenas de personas se concentraron a las 12 del mediodía delante del ayuntamiento.

Esta movilización de ayer coincidió con un acuerdo histórico en Naciones Unidas. La cuarta Asamblea de Medioambiente de la ONU (UNEA-4), que se clausuró ayer en Nairobi, logró un acuerdo general provisional pendiente de firma, que entraría en vigor en el 2030, para acabar con la contaminación marina por plásticos y microplásticos. Los países, sin embargo, no lograron pactar una estrategia contra la deforestación.

“No hay plan B”, “Vuelve a hacer verde la Tierra” o “Todos con Greta para salvar el planeta” fueron algunos de los lemas que se repitieron en las multitudinarias protestas convocadas en todo el mundo para pedir esfuerzos “reales” y “efectivos” contra el cambio climático.

greta thunberg Si un nombre propio resonó entre los jóvenes, ese fue el de Greta Thunberg, la activista sueca de 16 años que comenzó haciendo huelga cada viernes frente al Parlamento de su país y que se ha convertido en icono de un movimiento global. “Ella y Alexandria Villasenor -otra adolescente que ha liderado las protestas frente a la sede de la ONU en Nueva York- tienen todo mi afecto”, comentaba Martina D’Arco, una italiana de 18 años que ante una multitud en Roma llamó a “atender a los expertos que desde hace décadas intentan hacerse escuchar”.

Un reciente informe del Grupo intergubernamental de expertos en cambio climático (IPCC) indica que el mundo apenas tiene once años para poder limitar el aumento de las temperaturas, para lo que se requieren cambios “sin precedentes”.

Al ritmo actual, la barrera de los 1,5 grados centígrados de subida se superará entre 2030 y 2052, lo que hace prever mayores episodios de calor extremo, lluvias torrenciales y sequías, con efectos adversos sobre la producción de alimentos, la salud, el suministro de agua y la economía en general.

La iniciativa Fridays for Future es la respuesta de muchos estudiantes que, como Martina, han decidido faltar a clase los viernes para presionar a los políticos a que “hagan algo” ante tales evidencias científicas. “Por culpa de quienes niegan el cambio nos han hecho perder mucho tiempo”, apuntó en la capital italiana el geólogo y divulgador Mario Tozzi, para quien “se puede lograr bienestar social cuidando el planeta”.

Ante el peligro constante de desinformación, el climatólogo del Consejo Nacional de Investigación Antonello Pasini insistió en que las personas “deben buscar el criterio científico” y empujar a la “política a actuar para contrarrestar los efectos del cambio climático”. Los jóvenes “finalmente han despertado y nos han despertado”, aseguró hablando en nombre de los adultos.

Ya antes de Greta Thunberg, propuesta como candidata al Nobel de la Paz por un grupo de diputados noruegos, hubo otros niños y adolescentes comprometidos con el medio ambiente como el alemán Felix Finkbeiner, que con nueve años lanzó una campaña en 2007 para plantar un millón de árboles en cada país.

Pero entonces no se habían desarrollado las redes sociales ni el potencial que han demostrado diseminando todo tipo de mensajes y promoviendo acciones ciudadanas al margen de los tradicionales grupos de presión ecologistas.

En Estados Unidos, por ejemplo, han ganado apoyo en los últimos tiempos la red de jóvenes activistas Zero Hour (Hora Cero) y el movimiento Sunrise, aliado con la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez a favor de un Green New Deal, un nuevo pacto verde que aumente el presupuesto público destinado a neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero.

movilizaciones estudiantiles En Europa, las movilizaciones estudiantiles comenzaron antes en los países del norte, aunque en las últimas semanas los del sur no se han querido quedar atrás. “Cada chico hace lo que puede. Lo importante es que sea un movimiento consciente y una experiencia para aprender y moverse con la colectividad”, afirmó Serena Giacomin, presidenta de la Red italiana del clima, una ONG que tiene un proyecto educativo en escuelas y está presente en las negociaciones sobre cambio climático.

Tras el Acuerdo de París suscrito por la comunidad internacional en 2015, Giacomin consideró que se necesita “una transformación a todos los niveles” para invertir en sectores sostenibles y no en combustibles fósiles. Subrayó que “la política no se mueve si el ciudadano no lo pide; los efectos del cambio climático son graves, pero sobre todo a largo plazo, el mismo que deben tener las estrategias políticas”, como vienen a recordar los jóvenes.