¿Qué es para usted la comida? La respuesta suele variar en función de la situación social: ¿Es un placer o una necesidad? La ONG Zaporeak decidió que quienes tienen mayor capacidad para responder la primera ayudaran a aquellos que no tienen más opción que contestar la segunda. De este modo, aunaron gastronomía y solidaridad a través de distintos proyectos de ayuda humanitaria. Ayer ofrecieron un pintxo pote en la plaza de San Francisco de Pamplona para miles de personas que disfrutaron de la comida y contribuyeron a que la asociación recaudase dinero para la población refugiada del campamento griego de la isla de Lesbos.

En el acto participaron más de cien voluntarias y voluntarios que vendieron los pintxos de unos cincuenta bares y restaurantes, a los que hay que sumar la colaboración desinteresada de más de veinte empresas. Una de las voluntarias de Zaporeak que ayer se encontraba en los puestos instalados para la ocasión fue Sagrario Lasarte, que destacó el “bonito ambiente y la cantidad de gente, animada por el buen tiempo”.

Zaporeak convoca estas actividades a lo largo de Euskal Herria, por lo que ya contaban con más experiencias organizando pintxo potes bajo el nombre de Koxk! Para la edición de ayer, amenizada con dantzas y música de charanga, eligieron el lema Dale un mordisco a la solidaridad. Lasarte explicó que el objetivo es “lograr dinero para ayudar a que los refugiados y refugiadas mejoren su vida dentro de lo que se pueda. Viven en condiciones de escasez y se merecen algo mejor a nuestro alrededor”, sentenció.

Por eso considera que “es muy triste que en Europa cerremos las puertas a quienes tienen que huir a la fuerza”. Además, subrayó que “las instituciones les dan la espalda con acciones como retener a los barcos de ayuda humanitaria”, en referencia a las embarcaciones Aita Mari y Open Arms, inmovilizados recientemente por parte del Gobierno de España.

Para compensar la falta de apoyo político a los Derechos Humanos en relación a la crisis de las y los refugiados, en 2016 Zaporeak emprendió su proyecto en Grecia, donde llevan más de un millón de comidas repartidas. Han trabajado en los campamentos de Chios y Atenas, y actualmente distribuyen 1.300 raciones cocinadas por sus propios voluntarios en Lesbos.

Lasarte describió la situación como “un campamento donde actualmente malviven dos mil personas, muchas en tiendas de campaña fuera de los barracones, a merced del frío del invierno o el calor del verano, sin nada que hacer y con poco que comer”.

Para tender la mano desde Navarra se pueden hacer donaciones o unirse al voluntariado a través de la página zaporeak.eus. También es posible participar en actividades como el pintxo pote de ayer, con el que Lasarte espera que “un pequeño empujón sirva para ayudar a quien más lo necesita”. Se trata de poner en práctica la idea de unir gastronomía y solidaridad. Es el placer de ayudar a través de lo mismo que para otros es una necesidad.