pamplona - La psicóloga clínica Adriana Goñi Sarriés, directora del Hospital de Día Psicogeriátrico de la Red de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, fue galardonada ayer con el Premio Federico Soto a la investigación del suicidio en Navarra, que concedió María Antonia Soto y Carlos Gonzalo (hija y yerno del doctor Soto) y la Fundación Colegio de Médicos de Navarra, por su investigación Comparación de una intervención de seguimiento telefónico versus tratamiento estándar para pacientes con intento de suicidio atendidos en urgencias. Un reconocimiento que Goñi recibió “agradecida” y “emocionada”, ya que supone “un gran honor estar con ustedes en homenaje a una persona clave en nuestra comunidad, como ha sido el médico psiquiatra y psicólogo Federico Soto, clave para entender la historia de la Salud Mental en Navarra”.

La concesión del premio, dotado con 3.000 euros donados por María Antonia Soto y Carlos Gonzalo -enfermera y médico, respectivamente-, reunió en la sede del Colegio de Médicos a familiares del doctor Soto. Concretamente, asistieron siete de los diez hijos que tuvo con María Antonia Carasa. Un acto en el que el presidente del Colegio, Rafael Teijeira, glosó la figura del que fuera director de “lo que se llamó la Casa del Tejado Rojo”, el Hospital Psiquiátrico de Pamplona, desde el año 1934 a 1976. “Sólo ese motivo es suficiente para ocupar un lugar privilegiado en la historia de la psiquiatría de Navarra, pero en su currículum tiene bastantes méritos más”, dijo Teijeira, quien destacó que fue profesor de Psicología Médica y Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, además de que impulsó proyectos como el Instituto de Psicología Aplicada y Psicotecnia de Navarra, el centro Isterria, lo que hoy es Anfas y Alcohólicos Anónimos.

Su hija, Mª Antonia, explicó que han querido mantener su memoria promoviendo este premio porque “una de sus grandes preocupaciones fue el suicidio. Como médico lo que buscaba era sanar y cómo no, especialmente a los pacientes que podrían ser víctimas de un sufrimiento tal que les podía llevar a tomar esta decisión”.

Goñi explicó que el objetivo de la investigación es “evaluar la efectividad de una intervención telefónica sistemática, estructurada y breve que pretende reducir la repetición de la conducta suicida, favorecer la adherencia terapéutica al sistema sanitario y contribuir a la reducción de la tasa de suicidio”. Un proyecto que busca “mejorar la atención a la conducta suicida desde Salud Mental y contribuir en la continuidad asistencial entre el ámbito hospitalario y el ambulatorio, intentando que la transición se haga sin ruptura. Cuando analicemos los resultados tenemos expectativas que se derive un mejor conocimiento clínico de esta problemática tan prevalente, en una práctica clínica más individualizada y que los pacientes sean los máximos beneficiados. Como concluyó Mª Antonia, “todo lo que se avance en la prevención de esta lacra siempre será poco”. - M.P.