París. Francia no introducirá más osos en los Pirineos franceses a menos que alguno de los actuales ejemplares muera, anunció este jueves el Gobierno francés, que presentó una nueva hoja de ruta sobre la presencia de esos animales plantígrados en la zona.

Los Ministerios de Transición Ecológica y de Agricultura anunciaron en un comunicado conjunto que, "en las condiciones actuales de la dinámica de población, no habrá más introducciones, salvo en caso de mortalidad, principalmente ligada a una causa antropogénica", la causada o provocada por la acción directa o indirecta del hombre.

La hoja de ruta se ha lanzado después de que la liberación en octubre de 2018 de dos osas eslovenas en los Pirineos franceses para regenerar la especie, en peligro de desaparición en la zona central de la cordillera, exacerbara las tensiones entre los ganaderos, que culpan a los plantígrados de esquilmar sus rebaños.

El plan del Ejecutivo se comprometió a ofrecer una mejor información a los ganaderos sobre la localización de los osos, a reforzar la ayuda económica para el despliegue de medidas de protección de los rebaños y a revalorizar las indemnizaciones en caso de que sus animales sean atacados.

Incluyendo las dos osas mencionadas, las autoridades francesas tenían censados 40 osos en los Pirineos en 2018, seis menos que los registrados en 2017.

España y Francia llegaron el pasado 17 de mayo a un acuerdo para garantizar la reintroducción del oso pardo en la cordillera fronteriza de los Pirineos, después de que una de las dos osas liberadas en octubre pasara a Navarra y matara a ocho ovejas, lo que generó protestas de los ganaderos locales.

Los representantes de las distintas administraciones se comprometieron a aumentar la coordinación técnica y, en particular, el flujo de información para consolidar la presencia del oso pardo en las distintas vertientes del Pirineo.

Asimismo, acordaron intensificar las medidas de prevención y disuasión para evitar ataques a las cabañas ganaderas que pastan en los valles pirenaicos, en la línea del trabajo desarrollado en la cordillera cantábrica, habitada por una población cercana a los 300 ejemplares.