PAMPLONA - Entre 1943 y 1944 Navarra fue parte del recorrido de la Red Comète. Para ello se empleó la muga de la montaña, ya que poseía algunos puntos que carecían de vigilancia. La ayuda de los mugalaris se volvía imprescindible para sortear cualquier tipo de obstáculos y para evitar a la Policía o a la Gestapo. En aquel lugar estratégico de la frontera se encontraba Jauregiko Borda. “Un lugar estratégico para acoger a los fugitivos, que podían recuperar fuerzas y ser atendidos si venían heridos”, mencionó Juan Carlos Jiménez de Aberasturi en su libro.

Después de pernoctar allí, se desplazaban a un pueblo cercano del Baztan y desde allí se les trasladaba a San Sebastián con la ayuda de la embajada británica. Para ello, los diplomáticos ingleses mandaban varios coches a las localidades a los que llegaban los aviadores y los fugitivos. Este era el modo de realizar el viaje de manera más segura posible.

Otros optaban por desplazarse en tres o autobús, pero muchas veces eran detenidos de camino por la Guardia Civil y trasladados al cuartelillo de Irun. Después de permanecer varios días allí, conseguían finalmente llegar a Donostia. En el caso de que llegaran a Elizondo, algunos de los fugitivos también solían viajar en el tren Txikito.

El autor destaca que los itinerarios “no eran siempre los mismos. Por eso se crearon pequeñas rutas alternativas”. En este aspecto, tal como menciona en el libro, “los itinerarios no eran siempre los mismos. No hubo un recorrido fijo para conducir a los aviadores. Incluso cuando iban al mismo caserío podían utilizar distintos recorridos dependiendo de la meteorología, lluvia o nieve, verano o invierno, de si era de noche o de día, de la vigilancia, etc”.

Los MIhura-maSCOTENA En aquel caserío vivía la familia Mihura-Mascotena. Su patriarca Xan Mihura, oriundo de Itsasu, se refugió en el Valle cuando desertó del ejercitó francés en la I Guerra Mundial, y se dedicó a ayudar a su tío en la granja y al contrabando. Cuando estalló la II Guerra Mundial, Mihura empezó a colaborar en el paso de fugitivos y posteriormente se unió a la Red Comète.

Nunca perdió un aviador y como menciona el autor en la obra “pasaron unos 80 por el caserío. Por otro lado, Mihura empleó su caserío también para acoger a refugiados franceses que huían de la ocupación. A estos últimos los acogían en su casa y después los acompañaban a la carretera porque no había una organización que se hiciese cargo de ellos.

Otros puntos de la ruta Además de Jauregiko Borda, la organización contaba con más puntos de refugio en el valle, ya que en ocasiones se emplearon pequeñas rutas alternativas que no pasaban por esta zona. Mendigaraya era uno de estos caseríos, que se encontraba en la muga, en Dantxarinea, a orillas del río Lapitxuri. En él se refugiaban los aviadores que venían desde Ainhoa y desde allí se les trasladaba también a otros puntos del valle para después ir rumbo a San Sebastián.

La actividad de la Red se fue mitigando en 1944, una vez que Francia fue liberada, porque ya la misión de la organización no se podía realizar de manera correcta, ya que los fugitivos podrían circular libremente por Francia para dirigirse rumbo a Londres. Aún así algunos de los miembros de la Red detenidos durante el funcionamiento de las rutas permanecieron en los campos de concentración hasta que fueron liberados por los aliados al final de la II Guerra Mundial. - A.J.