pamplona - Quizá no fue su discurso más brillante pero sí el más cercano y emotivo. Se refirió a la UPNA como “la niña de mis ojos” y la definió como “la más guapa, la más lista” que “luce una treintena espléndida con un futuro de lo más prometedor”. El ya exrector Alfonso Carlosena afirmó ayer que dirigir la Universidad Pública de Navarra “ha sido un privilegio y un honor” y reconoció que la UPNA “queda en manos de la persona más capaz y mejor preparada para liderarla”.

El físico de San Martín de Unx no quiso hacer de su último discurso “una loa de los logros; ahí están para que cada uno de ustedes, la comunidad universitaria, la sociedad, y el tiempo, los juzguen”, sino que aprovechó para “presumir” de Universidad. “En mi investidura dije que trataría a la UPNA como a mis amigos y familia: he tratado de ser exigente, comprensivo, duro, flexible, paciente, severo o cariñoso, según creía que tocaba en cada caso”, aseguró.

En su intervención, el rector saliente agradeció a la comunidad universitaria su capacidad para “asumir y asimilar las profundas transformaciones” vividas estos años y destacó el esfuerzo de la institución por “extender las red de contactos, colaboraciones y alianzas”. Dio las gracias al Consejo Social, “el más social de los que he conocido”, al rector de la universidad “vecina”, la Universidad de Navarra, por su colaboración, y a la presidenta en funciones del Gobierno foral. “Espero que el pacto, de momento hasta 2020, sea sucedido por otros que sigan reconociendo la función de la UPNA, su responsabilidad y respeten su autonomía”, afirmó.

Para terminar, el rector aseguró que “la esencia y el valor de la Universidad ha sido siempre el talento y creatividad de cada uno de sus miembros”, sin embargo, aseveró que el “gran desafío es el de alinear todas esas voluntades y capacidades individuales en un proyecto colectivos. Hay que renunciar a los intereses particulares, legítimos, en favor de un proyecto colectivo, con objetivos compartidos en la dirección de un mejor servicio a la sociedad”. Este es, a su juicio, el reto más importante al que se enfrenta un rector y que pone a prueba su capacidad de liderazgo. “En ese sentido me voy tranquilo. La UPNA queda en manos de la persona más capaz y mejor preparada para liderarla. Espero que en un tiempo pueda reconocerle que ha sido mucho mejor rector que yo”, concluyó Carlosena, que cerró su discurso dando gracias a sus padres, pareja, hijas y amigos. - M.O.J.