BILBAO. Los niños y niños llegaron este lunes al aeropuerto de Loiu y entre ellos se encuentran afectados por dolencias relacionadas con la radiación nuclear de Chernóbil o nacidos en familias desestructuradas en situación de vulnerabilidad.

Bikarte, asociación benéfica fundada en Gallarta hace 21 años, promueve la acogida temporal de menores y desde su surgimiento ha gestionado la estancias de 2.500 niños desfavorecidos en hogares de un millar de familias vascas.

Según ha indicado la presidenta de la asociación, Amaia Aretxaga, "la realidad es que cuando pasan 40 días fuera de sus hogares, la esperanza de vida de estos niños y niñas aumenta en 2 años y en Loiu les estaban esperando sus familias vascas con los brazos abiertos", ha explicado.

Tres de los menores pasarán el verano en Abanto Zierbena y su alcaldesa, Maite Etxebarria, es la madre de acogida de uno de los menores bielorruso.

Según ha transmitido Etxebarria, la estancia entre nosotros permite a la mayoría de estos niños rebajar sus niveles corporales de radiación nuclear por debajo de los niveles de riesgo. Además, se benefician del cariño de una familia, de una alimentación más completa y de una mejora en su crecimiento personal.

Asimismo, la alcaldesa ha lamentado que "desde la crisis, cada vez cuesta más encontrar familias de acogida. Hace diez años la plaza de Gallarta se llenaba de niños muy rubios, la mayoría, y disfrutaban del verano entre nosotros, pero ahora son menos y por eso debemos recordar que estos niños y niñas necesitan vacaciones en el extranjero para descontaminarse de radioactividad".

En ese sentido ha recordado que Bielorrusia tiene un 300% más casos de cáncer infantil que el resto de Europa debido al accidente nuclear registrado en Chernóbil en abril de 1986, a lo que habría que añadirle "la precaria situación en la que viven muchos de ellos, con progenitores alcohólicos o extrema pobreza", por lo que ha lamentado "tener más niños necesitados que familias de acogida".

La presidenta de Bikarte ha añadido que desde la asociación hacen un seguimiento y viajan hasta la zona y "no darle la oportunidad de unas vacaciones a uno de estos niños, los más necesitados, nos produce una gran tristeza, por eso luchamos cada año para que más familias vascas se animen y abran las puertas de sus casas a estos pequeños guerreros".