Pamplona - Hace 50 años la NASA consiguió una de las mayores hazañas de la historia. Por primera vez el hombre pisó la Luna y el director del Planetario de Pamplona, Javier Armentia (Vitoria, 1962), lo recuerda con ilusión, aunque aquel día solo pudo escuchar la hazaña.

¿Cuándo pisó exactamente la Luna Armstrong para nuestra zona horaria?

-Fue el día 21, alrededor de las tres de la mañana. Pero para la historia quedará siempre como el 20 de julio por la hora de Houston. A mí me mandaron a la cama porque era muy tarde, por eso no tengo recuerdo de verlo pero sí que lo escuché.

Armstrong fue el primero en pisarla pero, ¿hubo algún motivo para ello?

-Él era el comandante. Podría haber sido Aldrin también. Todos los equipos que estaban preparados eran posibles. Había tres personas para la misión y otras tres de reemplazo. Pero en este caso Armstrong tuvo la suerte de ser el primer hombre en pisar la Luna. Era un civil, es decir, los primeros astronautas eran pilotos militares y ese no era el caso de Armstrong. Venía de una formación técnica no ligada a la carrera militar, sino que realizó un aprendizaje específico de astronautas en la NASA. Esto suponía también la oportunidad de mostrar esa imagen positiva, todos hemos visto la película de First Man. Era una persona que iba dar esa imagen de héroe americano. Aldrin, era un genio también, y sigue siendo un hombre con mucho carisma hoy en día. La verdad es que fue una buena elección y ellos tuvieron la suerte de estar en la misión que les tocaba. Eran gente muy bien preparada, con una preparación técnica muy alta que solventó esos problemas que tuvieron durante el aterrizaje, en unos momentos críticos que se vivieron al final. Además tuvieron unas nervios de acero. Yo con solo pensar lo que vivieron allá arriba, me pongo a temblar de los nervios.

De hecho, ese carácter se evidenció durante el aterrizaje.

-Ellos evidentemente son astronautas. Nosotros aquí en el Planetario que hemos tenido la suerte de tener a algunos astronautas, les ves que tienen una pasta especial. No es solamente que tienen una confianza altísima en la técnica, sino que además asumen cuál es su papel y no se permiten ese titubeo que se ve muchas veces en los héroes de las películas. En este caso, ellos iban monitorizados constantemente y Armstrong superó las cien pulsaciones por minuto durante el momento de aterrizaje. Fue un momento delicado porque el ordenador de abordo les mandaba a un lugar con muchas rocas y el comandante decidió tomar los mandos, gastar más combustible y buscar un lugar más óptimo para el aterrizaje. Se jugó mucho en esos últimos 30 segundos, pasó por encima de un cráter, donde empezó a vislumbrar una llanura desde la escotilla, donde realizó un aterrizaje más seguro. Evidentemente en ese momento se dispara la adrenalina. Yo me pongo cardíaco de solo pensarlo.

Un momento crítico en un lugar que no se había pisado antes.

-Así es, nadie había estado allí. Tampoco había imágenes de alta resolución que permitían visualizar las irregularidades y características del terreno al detalle. Se sabía que era una zona llana, una superficie de basalto muy antiguo pero tampoco se sabía cómo de consistente era el suelo, hasta dónde llegaba el polvo lunar que cubría la superficie o si la nave se iba a meter del todo. Eran un montón de incertidumbres que eran parte del juego, todos sabían que ese era el trabajo que tenían que hacer.

Un acontecimiento que muchas veces ha sido cuestionado.

-A mí me resulta muy sorprendente porque yo lo viví de tal manera que yo lo que quería era ser astronauta e ir a la Luna. El cuestionárselo parte sobre todo de una enorme ignorancia, que ahora se ve muy propiciada por la era digital y de las redes sociales que vivimos hoy en día, donde la información fluye mucho pero el análisis no. Si uno se pone a pensar y observa los detalles e imágenes de aquellas misiones espaciales, para llegar a la Luna los americanos invirtieron mogollón de dinero y el trabajo de 400.000 personas. Los rusos posiblemente tenían a un millón de personas trabajando en ello y era una carrera. No podía acabar ni en tablas, ni haciendo trampas. Todas las tecnologías que se fueron generando en esos 9 años de desarrollo de la misión Apolo con el empuje de Kennedy, están documentadas y no puede ser falso. La parte final de la Luna es lo menos complicado. Entonces, ¿por qué van a falsear lo que podían hacer bien?, pero la gente no piensa eso. Cuando te cuentan las teorías de la conspiración pasa como con las teorías de que la tierra es plana o similares. Objetivamente no son serias y carecen de dato. Pertenecen a ese mundo de fantasía que nos gusta crearnos, donde hay influencers y gente que dice cosas graciosas en Twitter. Estas teorías de conspiración nunca se sostuvieron, ni entonces porque no son ni siquiera nuevas, ni en los años 70 cuando tomaron mayor fuerza, ni ahora.

Una hazaña importante que se quiere volver a repetir.

-Desde hace tiempo se ha planteado volver a realizar el viaje. No es imposible porque la tecnología la tenemos desde hace 50 años pero es complicado y tecnológicamente es caro y tampoco tenemos el Saturno V, el cohete con el que se fue a la Luna. Fue un gran desarrollo pero no se ha seguido realizando ese tipo de lanzamientos. Las misiones que se han realizado en los últimos años son más sencillas. Pero están en proceso. China lo había planteado para dentro de unos años y aseguran que para el 2020 quieren volver a la Luna. Trump también ha mostrado su predisposición de volver a realizar la expedición. El objetivo es usar estas tecnologías para volver a la Luna y después aprovecharlas para ir a Marte. Además, la Agencia Espacial Europea ha mostrado también su disposición a colaborar con este proyecto que es denominado Artemisa. En esa misión tripulada se dará en el 2024 y en ella la novedad posiblemente será que la primera en posar la Luna será una mujer y sería bonito y de justicia poética después de 50 años.