PAMPLONA.- Las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en Navarra por tercer año consecutivo, lo que significa un riesgo para el cumplimiento del objetivo previsto para 2020, según revela la memoria KLINA 2018 de seguimiento de la Hoja de Ruta del Cambio Climático en Navarra 2017-2030-2050.

Las proyecciones de KLINA, informa el Gobierno de Navarra en un comunicado, asignaban a 2017 un reducción de emisiones del 18,6 % respecto a 2005, y la reducción real conseguida ha sido de 15,9 %, 2,7 puntos menos.

Las emisiones totales de 2017 en Navarra ascendieron a 5,5 millones de toneladas de CO2 equivalentes, frente a las 6,6 del año 2005.

La mayor parte de ellas, el 36 %, proceden de los denominados sectores regulados (comercio europeo de emisiones), en el que es clave la actividad de las centrales térmicas de Castejón.

Es en este sector, junto con el de residencial y servicios, donde el informe señala que debe realizarse el mayor esfuerzo en la adopción de las medidas de mitigación que propone KLINA, sin olvidar el resto de sectores, a excepción del primario, donde los objetivos previstos están siendo conseguidos y superados.

Aunque la tendencia al aumento de emisiones es común a todas las regiones que presentan recuperación económica, el informe subraya la necesidad de mantener y aumentar los recursos y de mejorar los resultados obtenidos para cumplir los compromisos adquiridos para Navarra.

Sobre temperaturas y precipitaciones, la memoria destaca que, de 1991 a 2017, se ha registrado un aumento cercano al medio grado en comparación con el periodo climático anterior (1961-1990) y, en el caso de la precipitación, se ha observado un aumento del 12 % en cantidad.

Estos aumentos de temperatura y precipitación, explica el informe, son "coherentes con ciertos impactos y efectos del cambio climático observados, tales como mayores daños por inundación, y una mayor cantidad de incendios forestales por el cambio en el régimen de lluvias".