pamplona - Nastia Korbut y Katya Adamenko vinieron desde el entorno de Chernóbil por primera vez en verano de 2014, cuando tenían seis años. Desde entonces, hacen lo propio cada año.

Nastia, a la que le gustaría ser peluquera, es de una pequeña aldea llamada Termakhivka, donde vive con su madre, su abuela y su tío en una granja con una huerta. Aunque su familia de acogida es de Errenteria, veranea en Sartaguda. Cuenta que le gusta mucho “la piscina y los carruseles y las vacas de fiestas”, que no le dan miedo porque su familia tiene dos.

Katya, por su parte, vive en el pequeño pueblo de Titiatki con su madre y tres hermanos. Pasa los veranos en Donostia y le encanta “la playa y los Sanfermines”, que pasan en la casa original del padre de acogida, natural de Villava.

Ambas observan “muchas diferencias” respecto a Ucrania. Lo que más les sorprende es “la limpieza de las calles”. Sus colegios son pequeños, no suelen tener luz y, a menudo, Katya no puede ir porque la nieve se lo impide al autobús que le lleva a la escuela más cercana. En un futuro, les gustaría traer a su familia para que todos vivieran aquí; aunque, por ahora, sus deseos pasan por plazos más cortos. Katya, por ejemplo, espera regresar el 29 para el cumpleaños de su hermano. - M.U.O.