Bilbao - Como hoy lo hacen otros pueblos, también el vasco tuvo que abandonar su hogar y su familia persiguiendo la oportunidad de lograr una vida mejor. Donde sea, donde fuera. A miles de kilómetros siempre. Algunas veces por obligación y otras por elección, miles y miles de vascos y vascas se asentaron e integraron en otras comunidades a lo largo y ancho del mapamundi entre los siglos XIX y XX. Tuvieron la posibilidad de hacerlo. Se la dieron allá donde llegaron. Y no fue fácil. Para nada. A los primeros que llegaron a América, por ejemplo, les decían black bascos [negros bascos] en plan despectivo. Pero aquella oportunidad que les brindaron para quedarse a trabajar en Nevada, en California, en Elko, en Bakersfield,? fue su salvoconducto para una nueva vida hasta el punto de convertirse en un colectivo respetado, admirado y querido en esas comunidades pero también en otras: Argentina, México, Venezuela, Filipinas, Australia,?

De aquella variopinta emigración surgió lo que hoy se descubre como Diáspora vasca, una colectividad que durante décadas ha conjugado el sentimiento de identidad vinculado a sus raíces vascas con su integración en los países donde residen. Así lo enfatizaba ayer el lehendakari Iñigo Urkullu, quien reclamó a Europa la aprobación de una política común para acoger a las miles de personas de otros pueblos que en este presente “buscan refugio y un nuevo futuro” no solo en el continente europeo, también en Norteamérica, en Sudamérica,... Y también en tierras vascas. “Euskadi no puede mirar para otro lado como sociedad ante la llamada de otros pueblos en busca de un futuro mejor. Fuimos acogidos, debemos acoger”, subrayó durante la celebración del Día de la Diáspora Vasca en su segunda edición.

El acto comenzó al mediodía en la plaza Elexalde de Ispaster, localidad que en apenas un siglo vio despedirse a un millar de vecinos hacia los cinco continentes. Este hecho tuvo ayer su reflejo en distintas estampas que representaban precisamente pasajes ligados a la migración más histórica; pastores, pelotaris, sirvientas,.... Y también al nuevo modelo de migración circular personificado en esa juventud vasca cualificada que opta por vivir una etapa profesional fuera de casa, pero con billete de vuelta. Muchos de esos jóvenes son socios en alguna de las 193 euskal etxeak existentes o simplemente se suman a las actividades que se organizan para no descuidar las raíces.

Desde Trujillo Ayer, medio centenar de centros vascos celebraron el Día de la Diáspora. Desde la de Trujillo (Perú), por ejemplo, conmemoraron “la llegada de nuestros antepasados por estos lugares que nos permitieron el nombre que nos identifica, dejándonos una identidad que ahora resaltamos a través de las actividades culturales que ya venimos realizando”, describían desde allí. “Además, queremos celebrar el particular mestizaje que se generó y que nos da especiales características, conservando el espíritu de lucha y la solidaridad y al apego a la tierra de origen y su gente”, zanjaban.

En total más de 36.000 personas modelan cada día la Diáspora vasca, esa gran red mundial, el llamado octavo territorio de Euskal Herria. Los días 2, 3 y 4 de octubre, precisamente, se celebra en Bilbao el VII Congreso mundial de colectividades vascas en el exterior. El lema elegido será Saregintzan y el objetivo es analizar y avanzar en el presente y futuro cercano de esa red de centros vascos que se ha ido tejiendo desde el siglo XIX. El lehendakari reconoció la labor de la diáspora vasca por mantener la cultura, tradiciones y el idioma de generación en generación a miles de kilómetros. “Nos enriquece en el presente y nos ayuda a marcar un camino hacia un futuro cada vez más abierto al mundo”, indicó.

En palabras Urkullu, la diáspora del siglo XXI ha mantenido “las raíces y la relación con Euskadi” y el objetivo de cada 8 de septiembre es “mostrar al mundo la realidad de este pueblo migrante que ha sabido integrarse en las sociedades de acogida y mantener el vínculo con ama lurra”. “Nos habéis demostrado que no importa donde vivas, no importa lo lejos que estés; si vives Euskadi, Euskadi vive en ti”, describió el lehendakari.