pamplona - A Santos Induráin Orduna le apasiona su trabajo y se afana por conseguir “una sanidad que nos permita mantener y elevar la salud de nuestros ciudadanos, que siga siendo accesible y universal, que tenga una organización en la que contemple todo el desarrollo de los profesionales, que esté abierta a la participación también de la sociedad, que realmente suponga un trabajo entre departamentos y que, aparte de priorizar la Atención Primaria y Comunitaria, impulse la salud pública, la salud mental, la innovación a nivel hospitalario, el espacio sociosanitario...”. Una apuesta “ambiciosa”, como reconoce, por lo que quizás “estos retos no se verán en esta legislatura, pero hemos estado funcionando con leyes y con una organización de hace 30 años”. Sostiene que “lo que tenemos que crear es un sistema que sirva para otros tantos años, independientemente de quién lo gobierne, pero teniendo en cuenta que los beneficiarios van a ser las futuras generaciones”. Y es que, prosigue la consejera, “tenemos que transformarnos como organización para que este sistema sanitario público que garantiza la accesibilidad y la equidad de la población sea un sistema sostenible”, adaptándose a los retos actuales, haciendo más prevención y teniendo en cuenta cuestiones que influyen mucho en la salud de las personas, como son los determinantes sociales. Consciente de la importancia de contar con la plantilla, apuesta también por una política de personal “motivadora”.

Formaba parte del equipo directivo de Salud del anterior Gobierno. ¿Qué balance hace de la legislatura y qué le lleva a dar el paso de ponerse al frente del departamento?

-Yo llevo trabajando en la sanidad pública en esta comunidad desde el año 1984, que es cuando empecé a hacer la especialidad en el Hospital de Navarra, y desde el año 87 de forma ininterrumpida he estado trabajando en Atención Primaria de Salud. He estado en equipos de Atención Primaria, he estado en foros de defensa y de impulso de la Atención Primaria y eso es lo que me ha llevado en épocas distintas a estar en gestión de Atención Primaria, desde subdirecciones a la gerencia, que ha sido mi etapa anterior. Es verdad que en esta legislatura no partimos de cero. Se han hecho estrategias muy importantes, estrategias que cuentan con un amplio consenso, profesional y técnico, pero qué duda cabe que esta es otra legislatura, es otro equipo y ahora lo que nos toca es desarrollar estas estrategias y avanzar.

¿Fue difícil aceptar el cargo?

-Realmente no fue nada fácil, porque una es consciente del compromiso y de la responsabilidad que supone. Pero también he de decir que en coherencia con esta trayectoria lo que me planteé es que poder estar en el lugar de más alta decisión, cuando toda mi vida profesional y desde ámbitos muy distintos he estado impulsando y he estado solicitando apuestas, me llevó a no dar un paso atrás y a decir acepto este reto. Lo acepto con mucha ilusión, consciente de la gran responsabilidad y en coherencia con este compromiso, pero también con la pasión con la que durante todos estos años he defendido y me he peleado por la sanidad pública.

Fue nombrada a propuesta del PSN, pero es independiente. ¿Se siente cómoda con este Gobierno?

-Me siento muy cómoda por la legitimidad que tiene, por la pluralidad y por lo que supone de diálogo, de consenso en toda la sociedad, y porque hay un programa de legislatura con el que coincido plenamente y que, desde luego, desde la consejería uno de mis mayores esfuerzos va a ser cumplir todos sus puntos.

Lleva más de 30 años en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O) y ha estado tanto en Urgencias del Hospital de Navarra, como en los centros de salud de Corella, Berriozar y San Juan, además de que ha presidido la Sociedad Navarra de Medicina de Familia y Atención Primaria, lo que le lleva a tener una visión muy amplia del sistema público. ¿Cómo se encuentra la sanidad navarra? ¿Ha mejorado o ha empeorado en estos años?

-En Navarra tenemos unas muy buenas condiciones y un buen punto de partida, porque la Comunidad Foral dispone de un sistema sanitario que está consolidado, de unos profesionales solventes y muy valorados y de un contexto socioeconómico que lo que nos va a permitir es convertirnos en referencia para la innovación y que nos va a permitir plantear una transformación de este sistema sanitario que es necesaria para responder a los nuevos retos y a las nuevas necesidades que se plantean.

De hecho, en la comparecencia parlamentaria del martes sostuvo que el SNS-O “necesita un impulso, una renovación, un salto cualitativo a mejor”. ¿Qué cambios considera necesarios e imprescindibles?

-Teniendo en cuenta que nuestro objetivo principal es elevar el nivel de salud de la población, yo creo que sobre todo nos tenemos que abrir a trabajar y a promover y proteger la salud desde todos los sectores, sistemas y departamentos implicados; esa es la estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de salud en todas las políticas o todas las políticas con salud. Tener también en cuenta que la salud es una responsabilidad compartida y que quizás tenemos que pensar que nuestra sociedad está demasiado medicalizada y farmacodependiente. Entonces, tenemos que abrir más hacia un sistema de cuidados y de responsabilidad compartida, hacia promocionar y potenciar la Atención Primaria de salud como eje vertebral del sistema sanitario, por supuesto manteniendo la reputación y la buena calidad que tienen los servicios hospitalarios, pero innovando en que haya una mayor apertura hacia la sociedad y haya innovación organizativa, que nos la están demandando los ciudadanos para dar una buena respuesta a esas necesidades.

Van a priorizar el desarrollo de la estrategia de Atención Primaria de Salud y Comunitaria esta legislatura. ¿Qué va a suponer esto para el paciente? ¿Qué mejoras detectará?

-La apuesta por la Atención Primaria no sólo es una apuesta de esta comunidad, sino que es internacional. En 2016 la OMS ya instó a que se fortaleciera la Atención Primaria de salud y los servicios de salud integrados, y hay un consenso de expertos internacional que afirma rotundamente que sin una Atención Primaria fuerte y empoderada ningún sistema sanitario público va a ser sostenible a largo plazo. ¿Esto qué supone? Que aparte de reforzar el rol que tiene la Atención Primaria de salud como agente principal del paciente, también se asegure un escenario de financiación y de recursos necesarios, que se adecuen las atribuciones a los perfiles profesionales, que la Atención Primaria sea más resolutiva -resuelve el 90% de los problemas de salud de los ciudadanos-, y también incorpora elementos que son claves de intervención comunitaria, de atención sociosanitaria, hay que tener en cuenta aspectos sanitarios y aspectos sociales, de reforzar la atención a domicilio, la organización extrahospitalaria de las urgencias y también de una valoración de un modelo organizativo que facilite esta equidad territorial.

Es de Uztárroz, por lo que es consciente de las diferencias de acceso al sistema sanitario dependiendo de si uno está en el medio rural o urbano. En el Parlamento abogó por “mejorar y homogeneizar la atención en las urgencias vitales en toda la geografía foral” y se comprometió a llevar una propuesta de ordenación de la atención continuada y urgente en un año. ¿Cómo va a garantizar la equidad territorial?

-En garantizar la equidad territorial estamos dando pasos en la medida que la población pueda tener recursos descentralizados, no solo para la atención ordinaria, sino para cuestiones como son cirugía menor, retinografías, acercar radiología... Estos pasos se están ya dando. En el tema de las urgencias hay una atención continuada pero hay un reto en descentralizar la atención a la emergencia, a lo que llamamos la urgencia tiempo-dependiente, que es aquella en la que el tiempo en que se atiende es muy importante para garantizar la supervivencia o las secuelas. En ese aspecto está planteado en esta legislatura los servicios de urgencia comarcales de atención continuada y atención a la emergencia, que vienen ya desde el Plan de Salud. En la atención continuada lo que hay que hacer es la valoración con los recursos que tenemos disponibles para garantizar en el medio rural, tanto la atención ordinaria (al paciente crónico, al paciente paliativo...), como la atención en otras circunstancias más puntuales, que son las que precisan un modelo que tenemos que revisar para garantizarlo en su totalidad. También hay que comentar que las nuevas tecnologías nos ayudan, por ejemplo, a tener contacto y coordinación entre profesionales que atienden al paciente. Podemos hacer consultas no presenciales de especialistas de Atención Primaria con especialistas hospitalarios sobre la base de la historia del paciente y evitar desplazamientos. La equidad va unida también a la accesibilidad y en este aspecto la atención continuada es una parte, la capacidad resolutiva es otra y qué duda cabe que la intervención comunitaria también es muy importante para tener activos en salud; ya que uno de nuestros ejes es tener personas proactivas en un sistema de salud proactivo.

¿Se van a eliminar los servicios de urgencias rurales (SUR)?

-Vamos a ver, en la atención a la urgencia, tenemos que contemplar la atención a la emergencia, que en este momento es un reto muy muy importante, y la atención continuada. Los profesionales que están trabajando en los servicios de urgencia rurales forman parte de los equipos de Atención Primaria y estos equipos tienen que dar una buena respuesta a todas las necesidades. En un contexto como el que tenemos, debemos maximizar y analizar qué organización es la que nos permite dar mejor respuesta y, en ese aspecto, proponer algunas modificaciones o adaptaciones, porque nuestro objetivo, el que comparten los profesionales y la administración, es dar respuesta a las necesidades de los pacientes.

Quieren renovar la organización del SNS-O con una nueva Ley Foral, pero ¿cómo pretenden hacerlo?

-Como decía antes, tenemos un buen Servicio Navarro de Salud, tenemos unos buenos y reconocidos profesionales sanitarios y no sanitarios a los cuales transmitimos el orgullo por su trabajo diario, pero no nos conformamos. ¿Por qué necesitamos reformar y renovarlo? Quizás hemos vivido demasiado tiempo de las rentas y tenemos tecnologías emergentes que son del siglo XXI, pero tenemos una organización que es del siglo pasado y que en parte lastra nuestras oportunidades y potencialidades, tanto desde la gestión de estos servicios, y en ese aspecto viene la renovación y la modernización, que por supuesto la tenemos que hacer con los profesionales, y porque necesitamos quizás una mayor autonomía de gestión dada la complejidad de un servicio que está funcionando 24 horas al día y 365 días al año. Esto es un reto, pero pensamos que necesitamos avanzar y en este avance tenemos que contemplar qué estructura queremos del SNS y qué servicio sanitario para este momento y para las futuras generaciones, que tenga la rigidez necesaria como para que sea claro que tiene que estar basado en la universalidad y la equidad, pero la flexibilidad para que se pueda adaptar a los retos y a las complejidades que tenemos en este momento.

Uno de los retos es el envejecimiento de la población que demanda una atención no solo sanitaria, sino global. En el acuerdo hablan de una atención bio-psico-social. ¿Qué es?

-Me parece muy importante que hablamos de salud, no hablamos solo de atender la enfermedad. ¿Tenemos que mejorar en la atención, en mantener esta atención a la enfermedad, en los cuidados? Sí, pero la salud es un concepto más amplio y cuando decimos que es un concepto biopsicosocial es porque tiene aspectos biológicos, pero qué duda cabe que tiene aspectos psicológicos y sociales. Vamos hacia una atención integral que contemple todos estos aspectos y hacia una atención integrada basada sobre todo en el cuidado.

Las listas de espera es uno de los problemas más importantes a los que debe hacer frente; más de 40.000 personas están esperando. ¿Qué medidas contempla el plan integral en el que están trabajando?

-Es verdad que con este tema lo que nosotros evitamos es hacer demagogia. Estamos convencidos de que lo que interesa es un abordaje con seriedad, analizar las causas de estos tiempos de espera que socialmente no son aceptables, pero abordarlos con valentía y con determinación. No queremos hacer solo una contención a corto plazo, porque este tema es recurrente, sino hacer un abordaje que contemple las causas que hay detrás y entrar en profundidad en ello.

¿Qué medidas contemplan (concertación, derivaciones, peonadas...)?

-Hay varias medidas. Lo primero que vamos a hacer es el análisis de cuáles son las causas, porque hay causas que son coyunturales, hay causas de déficit de profesionales y, entre las medidas, hay varias posibles. Desde luego está la optimización, la contratación, el análisis, si es necesario también valoraremos las prolongaciones de jornada, pero hay que hacer ese análisis de cuál es la situación, por qué y qué medidas tenemos a corto, medio y largo plazo si queremos que esto se analice de una forma seria y de una manera que se pueda mantener.

El Sindicato Médico de Navarra (SMN) está en huelga desde el mes de enero. ¿Ve factible un acuerdo?

-Nos interesa a todos pasar de una dinámica de todos pierden en una situación de conflicto a todos ganamos, porque yo creo que esta situación no interesa ni a los profesionales, ni a la administración y, mucho menos, a los pacientes. Desde luego vamos a poner todo el empeño en intentar trabajar y solucionar, dentro de lo posible, las causas objetivas de este malestar que entendemos. Queremos mejorar la situación de los profesionales, queremos salir de esta situación porque no interesa y nos vamos a sentar a hablar. Hemos tenido alguna conversación y vamos a retomar el tema próximamente para intentar llegar a acuerdos sobre la base de que todos ganemos: la ciudadanía y también los profesionales.

Entre sus reivindicaciones hay una importante: la económica. ¿Será posible atender esa demanda?

-Es una de ellas. Vamos a poner sobre la mesa qué situaciones tenemos, también qué marco presupuestario y normativo y vuelvo a insistir: nuestra voluntad es de diálogo, de intentar llegar a acuerdos y de negociar en serio pensando en salir de esta situación que no nos conviene.