pamplona - El alumnado de 4º de la ESO del Instituto de Zizur fue testigo de excepción de la exhumación. Acompañado por las profesoras Mirentxu Amigorena, Maite Recalde y el profesor Raul Navarro, contemplaron la labores de los técnicos de Aranzadi, escucharon la historia y colaboraron en las labores de exhumación. Hoy acudirá a Iruzkun alumnado del IES Berriozar.

Aimar Iriarte, de 15 años, opinó. “Es una experiencia bastante aterradora porque te das cuenta de que en esa época no había ningún tipo de libertad de expresión y de que si nosotros hubiéramos tenido la mala suerte de nacer en esa época pues igual hubiéramos terminado como ellos porque dicen que hay un chaval menor de 20 años. Es terrible que personas por ser comunistas, republicanas o anarquistas o por no creer en Dios acabaran con un tiro en la cabeza y metidos en una cuneta”.

Sobre la clase de historia “en vivo y en directo”, Aimar fue igual de claro: “Me parece bastante importante para nuestra generación conocer el pasado porque a veces se olvida y creo que esto tiene que estar muy presente porque lo que pasó fue una barbarie. Esto pasó en toda España; la gente lo veía y la gente tenía miedo a ser asesinada o torturada. No solo en España. En Italia estaba Musolini, en Alemania, Hitler y, claro, no había ningún tipo de libertad. El que quería expresarse libremente terminaba así”, concluyó ante el asentimiento de sus colegas.

La profesora Mirentxu Amigorena añadió que “me parece que por mil clases de historia que demos con lo que se van a quedar es con lo que hemos visto hoy”. Para ella, que rememoró como el año pasado realizaron el recorrido de la fuga del fuerte entre Ezkaba y Olabe, acudir a la exhumación le pareció “muy interesante, emocionante y duro, y poder recuperar... nunca es tarde”.

URbiola: josé díez y la pastora Carlos Urbiola Martínez, que cuando tenía 19 años participó en la exhumación de 1979, rememoró ayer esos momentos de dolor y recordó a José Díez, secretario de Sartaguda, que pudo escapar de la muerte y facilitar información sobre las ejecuciones, y también a una pastora de Iruzkun que con 9 años de edad les dijo donde estaban y quienes eran los de Sartaguda, entre ellos su abuelo, el juez de paz Gabriel Martínez, cuya zamarra “llevaba después uno del pueblo. Ya sabemos quienes fueron pero no hemos podido llevarles a los tribunales”. - L.C.H.