pamplona - La ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, ha anunciado que la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud incluirá la subvención de la vareniclina como tratamiento para dejar de fumar, uno de los tres fármacos que desde finales de 2017 financia la sanidad navarra. La Comunidad Foral es la pionera en la financiación de fármacos para dejar de fumar, cuya jefa de Promoción de Salud Pública, Marga Echauri, valora de forma “muy satisfactoria” su experiencia, que contempla la financiación de tres fármacos diferentes en función de cada persona y un programa educativo.

Según los datos de la primera evaluación, al año de entrar en el programa de deshabituación tabáquica que ofrece el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O), el 35% de los participantes seguía sin fumar. Entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018 recibieron tratamiento 6.139 personas, lo que supuso un coste en atención farmacológica de 734.222 euros. Esto fue valorado en su momento por el Gobierno navarro como una “inversión” y, además, “absolutamente rentable”, no solo por el ahorro de gasto sanitario por problemas derivados de fumar, sino por los años de vida ganados.

Los fármacos que se financian son la vareniclina, el bupropión y la nicotina. Los tres “tienen eficacia en dejar de fumar” y se opta por uno u otro en función de cada persona, explica Marga Echauri. Todos ellos están sujetos al copago, al igual que el resto de los medicamentos. Es decir, se financian según tramos de renta y, en este caso en concreto, una vez por persona y año.

“El fármaco es importante porque aumenta las tasas de abandono, pero es el conjunto del programa (los fármacos y el programa educativo) lo que está dando lugar a los buenos resultados”, indica Echauri, quien destaca en este sentido el programa educativo intensivo en el que se incluye el tratamiento. Y es que las personas que participan en el programa reciben ayuda individual o grupal para dejar de fumar por parte de profesionales, los cuales analizan su situación particular y sus dificultades para el abandono del tabaco, y tratan de buscar alternativas.

Echauri afirma que están “muy satisfechos” puesto que, aunque no disponen de datos actuales, las referencias que llegan desde los centros de salud es que la gente sigue participando y la proporción de personas que dejan de fumar es importante. Por eso se plantean continuar en la misma línea, apunta la experta, quien comenta que mantienen relaciones estables con el ministerio al respecto y están en contacto con otras comunidades autónomas interesadas en esta iniciativa.