MADRID. La operación, cuyos primeros detalles fueron avanzados la semana pasada por la Policía Nacional, ha sido desarrollada en colaboración con Europol y las policías de Rumanía, Suecia, Portugal, Gran Bretaña y Colombia.

Más de 200 policías han intervenido en el operativo final, desarrollado en Alicante, Valencia, Madrid, Galicia y Barcelona y en el que se han realizado 13 registros y 41 detenciones.

Se considera así neutralizada una de las mayores y mejor asentadas estructuras criminales del Levante mediterráneo, investigada por la Policía desde enero de 2018.

Además de los dos millones incautados, se han intervenido joyas, piedras preciosas, relojes de lujo y tres armas de fuego.

Se han localizado inmuebles por valor de 20 millones de euros y se han congelado 800 cuentas corrientes.

Por el momento, a los detenidos se les imputan operaciones de blanqueo por valor de 7 millones de euros, pero la operación continúa abierta para analizar la documentación y los ordenadores intervenidos y buscar más indicios y pruebas de la actividad criminal de la red.

Las investigaciones comenzaron en enero del año pasado, cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento de una red criminal asentada en Alicante dedicada al tráfico de sustancias estupefacientes a gran escala y comprobó que, de forma paralela, estaban blanqueando los beneficios de esa actividad con diferentes métodos.

La Policía subraya la complejidad de este operativo, ya que la organización estaba muy compartimentada y perfectamente estructurada; sus principales miembros empleaban medidas de seguridad y además eran "blancos", es decir, carecían de antecedentes policiales por narcotráfico.

Se crearon por ello equipos de investigación conjuntos, tanto el área criminal como en la financiera, se impulsó la colaboración con otros países y Europol asignó todos los medios y analistas a su disposición.

La organización contaba con varios escalones totalmente estancos que realizaban las tareas que los cabecillas les encomendaban e incluso disponía de un equipo de seguridad para realizar contravigilancias y abordar acciones especialmente complejas, como el cobro de deudas, extorsiones o "vuelcos" (robar a otros narcos).

Este último grupo era especialmente violento y llegó a verse salpicado por un asesinato en la localidad de Campello (Alicante).

Gracias a la colaboración internacional se detectó un "fortísimo" grupo criminal sueco que comenzaba a moverse en Barcelona y con el que contactó la red que se estaba investigando para mejorar su infraestructura y sus capacidades, relata la Policía Nacional en un comunicado.

Fue gracias al apoyo de la policía sueca que se pudo localizar al líder de la trama, detenido finalmente en Valencia, y a tres de sus colaboradores.

Conforme avanzaba la investigación se sucedieron las intervenciones y desde mediados de 2018 hasta ahora los agentes se han incautado de 3.200 kilos de cocaína en el momento en el que iban a ser introducidos en el mercado por distintos métodos, incluido el llamado "gancho ciego", consistente en transportar la droga en un contenedor con mercancía legal declarada.

Se detectaron también envíos en coches caleteados, en una embarcación, el remolque de un camión y en un laboratorio clandestino.

En estas intervenciones los agentes detuvieron inicialmente a 20 y personas y después a 18, todas "subcontratadas" por el grupo criminal investigado con el objetivo de alejar el foco de la dirección de la red.

Ante estas operaciones, explica la Policía, "la organización se empezó a 'secar'" y sus miembros comenzaron a cometer errores en sus comunicaciones, lo que permitió detectar el trasvase de grandes cantidades de dinero entre los cabecillas.

En total se ha investigado a 150 personas, 81 de las cuales han sido detenidas a lo largo de todo el proceso.