PAMPLONa - Dos nuevas denuncias de casos de abusos sexuales que ya han prescrito -pues ocurrieron en la década de los 70- y que hacen referencia al primer director del colegio El Puy de Estella, José San Julián Luna, ya fallecido, y al hermano marista Braulio, que ejerció entre 1963 y 1968 en el colegio de Pamplona y cuenta ahora con 80 años, redoblan de nuevo la presión sobre el Arzobispado de Pamplona como exigencia para que ofrezca una respuesta adecuada a estos casos antiguos, de los que en la única reunión que han mantenido el arzobispo con las víctimas de abusos en Navarra parece que no se va a informar ni hacer caso en los protocolos que se están elaborando.

Las denuncias recogidas en este medio -se debe sumar una tercera de otro navarro pero que estudió en Gipuzkoa, en los Salesianos de Urnieta- suman ya 27 procedimientos destapados según los testimonios ofrecidos en DIARIO DE NOTICIAS y que afectan a seis órdenes religiosas y siete colegios. A saber, además del centro de Estella y de los Maristas de la capital navarra, también se han denunciado casos en los Padres Reparadores de Puente la Reina, en el colegio de Salesianos de Pamplona, en el colegio de Jesuitas tanto de Pamplona como de Tudela y en el centro femenino de Ursulinas de la capital.

QUE NO PRESCRIBAN Uno de los caballos de batalla de la asociación de víctimas en esta labor pública que está ejerciendo con denuncias que se empezaron a conocer el pasado mes de febrero es precisamente la no prescripción de estos casos.

Un asunto que merece un recorrido a nivel legislativo y desde el ámbito estatal, pero al que la Iglesia también entienden que debería enfrentarse desde un punto de reparación y de búsqueda de la verdad. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas que han encontrado por parte de los máximos responsables de la diócesis navarra -en este caso el arzobispo Francisco Pérez y el vicario judicial Carlos Ayerra- no les hacen albergar esperanzas acerca de que los casos prescritos, ya sean por fallecimiento del agresor o porque sus casos se remontan a épocas anteriores a las previstas en la ley para ser denunciadas, puedan ser ni siquiera investigados.

A ello se une además el hecho de que los máximos jefes de la Iglesia en la Comunidad Foral también les expusieron en un encuentro ante Jesús Zudaire y Marcos Leyún, presidente y miembros de la asociación de víctimas, que el Arzobispado considera que no puede entrar a analizar ni a cuestionar aquellos casos denunciados sobre órdenes religiosas concretas. Es decir, cada institución de ese tipo "tiene su autonomía" desde el punto de vista canónico y, por tanto, no estarán afectadas ni siquiera por futuras investigaciones. Ahora, que el papa Francisco ha levantado el secreto pontificio sobre los casos de pederastia, la Iglesia navarra se encuentra en una encrucijada en la que parece que va a echar más paladas de tierra para que el silencio siga siendo la respuesta.