los tres días de luto que habían decretado oficialmente Estella-Lizarra, Arróniz y Ayegui, las tres localidades vinculadas a la vida de Ixeya y Daniel Pérez Pascual, finalizaron ayer, pero la tristeza, el abatimiento y la incredulidad seguían presentes en la mayor parte de las conversaciones. Con el arranque de la semana, el colegio Mater Dei, el centro de los pequeños, afrontó la primera jornada lectiva después del trágico desenlace de sus dos alumnos. La dirección y el equipo docente habían planteado que en las primeras horas fueran los tutores y tutoras quienes tratasen el tema de la muerte de Daniel e Ixeya, al comienzo de la jornada y que reservarían espacios par el duelo "donde libremente aquel que lo necesite pueda expresar sus sentimientos y compartir sus emociones".

Querían estar preparados para "una adecuada acogida del alumnado así como el acompañamiento a realizar durante los próximos días" y hacerlo con la máxima serenidad: "queremos afrontar todo este proceso desde el acompañamiento al alumnado, desde la sensibilidad hacia los sentimientos suscitados, tratando de generar tranquilidad y de mantener una actitud serena y no cayendo en una visión fatalista de la vida".

El director, Ángel García, aseguró que quería preservar la intimidad de todos los alumnos y seguir las directrices que se les había indicado desde el Gobierno de Navarra y se remitió al comunicado en el que mandaba "un fuerte abrazo y ánimo para todos, especialmente para familiares y amigos y personas más cercanas a nuestros alumnos, Ixeya y Daniel. Desde el colegio queremos que entre todos nos acompañemos, apoyemos y ayudemos para superar esta terrible desgracia".

Algunos padres definieron el regreso al colegio como "un día duro, pero hay que afrontarlo". Uno de los padres que salía con su pequeño a la hora de comer nos comentaba que en el patio se veía la tristeza de los niños "sobre todo se notaba quienes eran sus amigos" insistió en que desde el centro se les había dicho que "intentarían hacer una jornada dentro de lo posible con la normalidad: a primera hora que hablarían del tema con todos y que luego transcurriría la mañana como otros días y así lo han hecho". Una de las madres que esperaba la salida de su pequeña del colegio, era la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Estella-Lizarra, Marta Ruiz de Alda, cuya hija iba a la misma clase que Ixeya. "Mi hija lo está llevando con mucho disgusto, a ratos indignación y cabreo". El mismo sentimiento nos comentaba una abuela que quiso acompañar a su hija a recoger a su nieta, amiga íntima de la niña fallecida. Otra madre comentaba las preguntas que se hacían estos días los compañeros y compañeras de Ixeya: "¿Y ahora quién va a recoger sus cosas? ¿Qué va a pasar con su sitio? ¿Y ahora ya nadie se podrá sentar en su sitio? Preguntas de niños", comentó emocionada mientras se dirigía al coche con dirección a Estella.