pamplona - Una caída a plomo. Las subastas judiciales se han venido abajo en los últimos registros anuales cuantificados en Navarra hasta mínimos históricos, una situación que coincide y que desde luego está ligada con la tendencia descendente del número de ejecuciones hipotecarias y desahucios en la Comunidad Foral. En el último dato recogido, en 2018, solo se realizaron 203 subastas judiciales en Navarra, un 37% menos que el año anterior. Se trata de la segunda mayor caída en el Estado después de Galicia, donde se registran un 43% menos de estos procesos, que se instan a ejecutar normalmente por entidades bancarias o de crédito y cada vez son más frecuentes a través de las comunidades de propietarios. Solo Cantabria, con 200 subastas celebradas, tramitó menos que Navarra a lo largo de ese ejercicio.

Con las subastas de bienes muebles (son aquellos que se pueden mover, un coche, una moto, una bicicleta, maquinaria...) y de inmuebles (todo tipo de viviendas, garajes, locales comerciales o trasteros) se saca a la puja pública del mejor postor los bienes de un deudor que ha resultado embargado por un juzgado, por lo general civil, debido a los impagos que ha contraído. "Los impagos y las deudas se mantienen prácticamente en los mismos números, por eso la caída de subastas se debe a que hay menos ejecuciones hipotecarias. Eso lo vemos a diario", concreta José Alonso, letrado de Justicia del juzgado de Primera Instancia 6 de Pamplona.

El descenso en el número de subastas en Navarra se ve reflejado asimismo en el importe de las adjudicaciones, que en 2018 se quedaron en 14,5 millones de euros. Hubo un total de 106 pujas, un 52,2%. En 2017 se habían celebrado 334 subastas (hubo 129 pujas, un 38,6%) y los bienes se adjudican por 23,9 millones de euros mientras que en 2016 se alcanzaron las 374 subastas (135 pujas, un 36,1%) y el importe llegó a los 22,2 millones de euros. Los pisos, viviendas y fincas son bienes atractivos a ojos de los postores, antiguamente conocidos como subasteros (auténticos profesionales de las subastas cuando eran presenciales y se trataba de alzar la mano para lanzarse a la puja). La propiedad embargada resulta tasada por un perito y por lo tanto resulta con un precio ajustado a su valor real. En el caso de que la subasta se declare desierta, el acreedor dispone de 20 días para pujar por el bien. Si se trata de una vivienda habitual puede darse el caso de que se obtenga a un 70% de su precio. Si no es vivienda habitual, se puede optar a ella siempre que se alcance el 50% de la tasación. Desde fuera resulta un mercado apetecible, para los expertos resulta un mercado complejo, no exento de oportunidades y que se debe conocer.

A DÍA DE HOY

Tres de cada cuatro subastas tienen por acreedores a bancos. Todo este panorama de subastas judiciales que se puede observar en el portal electrónico del Boletín Oficial del Estado viene precisamente a confirmar las escasas subastas que se tramitan en la Comunidad Foral, así como que apenas la mitad de ellas tienen pujas y que tres de cada cuatro tienen como acreedores a entidades bancarias. Ello confirma que la mayoría de las subastas son por garajes, trasteros o inmuebles, fruto de ejecuciones hipotecarias.

Cantabria es la que menos procedimientos registra y en Galicia se produce la mayor caída. En cuanto a la estadística judicial estatal, Cantabria es con 200 subastas (3 menos que Navarra) la comunidad con menos operaciones en 2018. En Galicia se produjo el mayor desplome, con el 43% menos.