NOÁIN - Un equipo de análisis de investigación de accidentes aéreos se ha desplazado desde Madrid hasta Noáin para analizar los restos de la avioneta que se estrelló en la tarde del jueves causando la muerte a su piloto y único ocupante, el empresario pamplonés Javier Miranda.

La zona en la que ocurrió el accidente, el Paseo de la Estación, entre el polígono industrial Mocholí y el casco urbano de Noáin, cerca de la vía del tren, permanece acordonada este viernes.

Fuentes de la Policía Municipal de Noáin han apuntado que mientras dure la investigación permanecerán fuera de sus hogares los vecinos de esa calle que anoche fueron desalojados y trasladados a un hotel de la localidad.

El pamplonés Francisco Javier Miranda García, de 64 años, falleció ayer al estrellarse su avioneta en el término municipal de Noáin, a unos 500 metros el Aeropuerto de Pamplona. La avioneta modelo Piper PA-60 Aerostar, con matrícula EC-HRJ, se accidentó después de que el experimentado piloto y único ocupante comunicara a la torre de control del aeródromo navarro que volaba con uno de los dos motores parado.

El accidente aéreo se registró sobre las 18.20 horas cuando la avioneta, propiedad del fallecido, volaba procedente de Sabadell (Barcelona) y estaba llegando a su destino. Por causas que investigará la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil), el aparato de Javier Miranda García cayó al suelo a la altura del número 4 del paseo de la Estación de Noáin y posteriormente se incendió.

La aeronave se estrelló junto a tres viviendas unifamiliares situadas junto a las vías del ferrocarril, que separan Noáin del Polígono Industrial Mocholi y chocó contra un turismo estacionado en la vía pública, que también ardió, y cerca de una vivienda en la que en esos momentos se encontraba la propietaria. Sin embargo, no se registraron más daños personales, a excepción del fallecimiento del propio piloto.

ATERRIZAJE DE EMERGENCIA Instantes antes del accidente, Francisco Javier Miranda comunicó por radio a la torre de control del Aeropuerto de Pamplona que uno de los dos motores de la avioneta se había parado, pero no dio ninguna indicación más. Tras la comunicación, los bomberos, personal de pista y otros recursos de la instalación aeroportuaria fueron activados, aunque el accidente se produjo de forma inmediata, sin que llegaran a producirse nuevos contactos entre el piloto fallecido y la torre de control.

La aeronave, construida en el año 1981, cayó a unos 500 metros del Aeropuerto de Noáin, aparentemente en la trayectoria de aproximación a la misma pista de aterrizaje. Aunque en la zona había superficie de campo, la dirección que supuestamente siguió coincide con una pista asfaltada de acceso a las viviendas junto a las cuales se detuvo, en la cual habría intentado aterrizar el fallecido.

Tras confirmarse el accidente aéreo, fueron movilizados los bomberos del propio Aeropuerto de Pamplona, que prestaron la primera asistencia en el lugar del siniestro, aunque inmediatamente se sumaron a las tareas de rescate efectivos del parque central en Cordovilla (Galar) y tres ambulancias, dos de ellas medicalizadas. Las asistencias sanitarias solo pudieron certificar el fallecimiento del piloto y único ocupante de la avioneta.

Hasta el lugar del suceso también acudieron agentes de la Policía Municipal de Noáin, de la Policía Foral y de la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias propias del atestado, bajo la dirección del juzgado de guardia de Aoiz, por corresponder Noáin a dicho partido judicial. Además, la caída de un cable eléctrico obligó a intervenir a técnicos de Iberdrola para evitar problemas mayores.

La operatividad del Aeropuerto de Pamplona no resultó afectada por el accidente aéreo, informaron fuentes de Aena. Tampoco el tráfico ferroviario sufrió alteraciones graves, aunque personal de seguridad privada de Adif revisó las vías del tren para confirmar que todo se encontraba en orden.