pamplona - La beatificación de sus misioneros: Faustino Villanueva, asesinado en julio de 1980 tras 21 años de servicio en Guatemala; José María Gran, un mes antes, y Juan Alonso, en 1981, los tres en el departamento de El Quiché, junto a otros siete indígenas, supone “un motivo de orgullo, gozo y una inmensa alegría” para la congregación del Sagrado Corazón de Jesús, a la que pertenecían los tres, según expresa su superior provincial de España, Francisco Blanco.

El padre Paco, como se le conoce y le gusta ser llamado, va más allá cuando añade que “es una alegría grande para toda la Iglesia, para la diócesis de Navarra y para sus pueblos de origen. Y por supuesto, para toda su familia que tiene que sentirse muy orgullosa de haber dado un hijo tan generoso”, subraya.

Porque la beatifiación del martirio, explica, “es el camino para reconocerles santos universales. Y además, serán santos sólo por que murieron por su fe. Es la única razón: que su vida fue una entrega total al trabajo por los pobres, hasta morir”.

El padre Paco pone por delante que Faustino Villanueva, al que conoció y trató primero como su profesor y después en acción en Guatemala, era “el hombre más pacífico del mundo” y que su vida fue “un ejemplo admirable”. Denuncia que los hombres que le mataron estuvieron “mandados por fuerzas militares para quitar testigos de aquellas de la brutal persecución, y los sacerdotes eran testigos creíbles”. Talantes dialogantes como el suyo fueron fundamentales en la organización de las aldeas para que los campesinos aprendieran a organizarse. “No querían su presencia”.

EVANGELIZACIÓN LIBERADORA La filosofía de los Misioneros del Sagrado Corazón partía de dos objetivos indisociables: evangelización y promoción integral de la persona, de ayuda al pueblo oprimido a recuperar su dignidad. Era una actividad pastoral comprometida.

“La evangelización buena es liberadora porque está en contra de la esclavitud y de quien destruye. Es educativa, curativa, para sacar de la explotación a los pobres”, declara el padre Paco. El superior viajará a Guatemala a la diócesis de Santa Cruz de El Quiché, donde se celebrará la declaración oficial de beatos de los tres misioneros junto a los siete indígenas. Será en noviembre, “en la estación seca, cuando se puedan pisar los caminos “concluye el padre Paco. / Foto: