La Asociación Navarra de Autismo (ANA), en el marco del Día Mundial de Concienciación del Autismo, pide una muestra de solidaridad con las personas con TEA y quienes les atienden en esta crisis sanitaria y en ese sentido propone sumarse esta noche a la iniciativa Light It Up Blue (Ilumínalo de Azul).

A través de esa iniciativa, cada año, miles de edificios y monumentos de todo el mundo se tiñen de azul la tarde-noche del 2 de abril.

En esta ocasión y debido a las circunstancias derivadas del estado de alarma se anima a la sociedad navarra a iluminar balcones y ventanas para mostrar apoyo y solidaridad con las personas con autismo.

Además, para visibilizar esta iniciativa, propone subir una foto o vídeo a redes sociales junto a los hashtag #LIUB y #DiaMundialAutismo.

La asociación recuerda que la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 está afectando especialmente a las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y a sus entornos familiares y profesionales.

En su caso, según detalla, el impacto del confinamiento es significativamente mayor, ya que ha implicado cambios sustanciales en su vida cotidiana y la necesidad de adaptarse rápidamente a una nueva realidad, algo especialmente difícil para estas personas, que requieren rutinas estables y predecibles y presentan dificultades para adaptarse a los cambios en su contexto.

Para intentar aliviar el impacto del confinamiento y no poner en riesgo su bienestar emocional, se aprobó una Instrucción que permite a quienes lo necesiten salir a la calle, siempre siguiendo las recomendaciones establecidas por las autoridades sanitarias para evitar los contagios.

Pese a tener reconocido ese derecho, según denuncia, muchas personas con TEA están siendo objeto de increpaciones cuando salen a dar estos pequeños paseos, solas o acompañadas de algún familiar.

Otra de las demandas que se ha puesto de manifiesto con esta crisis sanitaria es, en palabras de la asociación, "la necesidad de que las personas con TEA sean reconocidas como población de alto riesgo, para que no queden fuera de los protocolos clínicos de atención, ni en la detección ni en la hospitalización".

En este sentido considera necesario "ajustes razonables" para minimizar los efectos sobre su bienestar emocional e integridad, como permitir el acompañamiento por parte de una persona cercana.

Además, apunta que la carencia de equipos básicos de protección, limpieza y desinfección, así como de material sanitario, está aumentando el riesgo de contagios entre las personas con TEA y los profesionales que les atienden lo que, unido a la falta de recursos económicos, está poniendo en grave riesgo la sostenibilidad de los servicios especializados que prestan las entidades.