- “Anular una boda no solo afecta a los novios sino a todo el sector de servicios como catering, transporte, floristería o viajes”, comenta Juanchi Patús, presidente de la Asociación Navarra de Agencias de Viajes.

“La mayoría de las bodas del año son en abril, mayo y junio. Si no hay enlaces, nos afecta un 100%. El viaje de novios es diferente porque es especial. No tiene por qué ser lejano, porque puede ser por la península o por las islas, pero el 90% opta por salir al extranjero”. Ve difícil salvar la temporada en otoño. “En el aplazamiento de una boda todo seguirá igual en otra fecha y se demandarán todos los servicios, pero pasar de mayo a diciembre no tiene nada que ver en cuanto al viaje. Nos afectará un poco más que al resto, porque viajar por ejemplo a Noruega en mayo no es lo mismo que hacerlo en diciembre. El destino y el presupuesto cambiarán, pero el viaje seguramente se hará. Estamos preparados para dar las máximas garantías cuando se esté en condiciones de viajar. Ahora lo que recomendamos, y es raro que lo diga una agencia de viajes, es quedarse en casa”.