- Luisa Martínez Ruiz, tafallesa de 79 años, ha sido una de tantas luchadoras que ha vencido al "bicho", al COVID-19, y, para celebrarlo, ha recibido un regalo especial de su hijo Ricardo, más conocido como Riki Abad, el ultrafondista navarro que se ha enfrentado a tantos retos, en principio imposibles. Tras haber dado la Vuelta a la Península corriendo, haber corrido 607 Maratones en 607 días, haber completado 100 Ironman en un año y haber hecho un Triple Ultraman, el tafallés prometió a su madre que si superaba el coronavirus este correría 112 kilómetros sin salir de casa en homenaje al número de emergencias que estos días más que nunca pone en contacto a sanitarios y pacientes. Y así fue.

El pasado 8 de abril Luisa Martínez dejó la Clínica San Miguel de Pamplona tras haber permanecido 14 días ingresada por una pulmonía derivada del coronavirus. Antes de ingresar en el centro médico, la tafallesa ya había estado ocho días en su domicilio sintiéndose "agotada, solo con ganas de estar tumbada", cuando ella asegura ser "una persona que de normal no esta quieta". Martínez, que vive sola, fue al médico a pesar de pensar que los síntomas que padecía "ni por el forro eran los del famoso virus". Tras haber sido atendida en urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) volvió a casa, ya que "no debieron ver nada alarmante". Sin embargo, los síntomas de Martínez fueron a peor y la dejaron exhausta, tanto que una mañana se mareó y se dio un fuerte golpe en la frente en una caída. Una vez más acudió a urgencias, esta vez para quedarse. "Ahí ya vieron que el bicho me había pillado. Estoy muy contenta porque en San Miguel el trato era muy bueno y estaba muy tranquila. Lo peor fue la tralla del tratamiento, que es muy fuerte y mi estómago no lo soportaba. Tenía que tomar pastillas constantemente, yo que nunca tomo nada", cuenta la vecina de Tafalla.

Cinco días después de entrar por la puerta de la Cínica San Miguel empezó a sentirse mejor, aunque se llevó un buen susto al descubrir que no podía ni siquiera apoyar el pie en el suelo a causa de una fuerte hinchazón en el pie derecho. "Creyeron que era gota pero los análisis lo descartaron, así que debió ser un efecto secundario de alguno de los medicamentos", explica. A pesar de haber atravesado una situación complicada, Martínez asegura que durante los días que estuvo enferma no sintió miedo, "estaba tan cansada y me encontraba tan mal que ni me paré a pensarlo", cuenta, aunque ahora, después de haberse curado, admite sentir mucha incertidumbre por la posibilidad de volver a infectarse: "La médico me dijo que después de estar 15 días en casa podría salir a la calle aunque sea a tirar la basura o a hacer la compra a la tienda del barrio, pero me da miedo volver a pillarlo porque nadie sabe cómo funciona esto ni se conocen los anticuerpos que haya podido crear", narra.

Ahora, con una salud fuerte y una energía renovada, la tafallesa aprovecha para mandar un mensaje de "ánimo y mucha fuerza" a quienes se encuentren en estos momentos luchando contra el COVID-19: "Así como yo he salido de esta también ha salido mucha más gente. No puedo aconsejar otra cosa que no sea tener mucha paciencia y mantener el ánimo".

"Lo peor fue la tralla del tratamiento, que es muy fuerte y mi estómago no lo soportaba"

Paciente con COVID-19 curada