- La fase 2 de la desescalada no permite que los clientes consuman en la barra de los bares, algo a lo que parece que unos cuantos todavía se tienen que acostumbrar. “La gente no lo asimila. Vienen a pedir a la barra para llevárselo a la mesa, por ayudarte al final, pero no son conscientes de que ahora se tienen que sentar en las mesas y somos nosotros los que les tenemos que servir”, explicó Gloria Fernández, propietaria del bar La Granja, en la calle Estafeta de Pamplona en su primer día.

Otro de los aspectos que observó que han cambiado respecto a hace dos meses es la forma de consumir, ya que, “no es como otras veces que la gente se queda más rato en el bar, sino que la mayoría entra, consume y en cuanto acaba se va”. Para Fernández, trabajar con un 40% de aforo es “difícil, porque el gasto sigue siendo prácticamente el mismo”.

Conscientes de esta situación, Nekane Esquinas y Daniel Valdés, de 30 y 33 años respectivamente, no dudaron ni un momento en acudir a tomarse un pintxo. “Vivimos en el portal de al lado y estábamos esperando a que abriera. Hemos tomado algo por lo menos para hacer un poco de gasto, sobre todo hay que ayudar al comercio y a la hostelería local a que salgan adelante”, apuntó.