- El Gobierno de Navarra presentó ayer el borrador del nuevo Decreto Foral para el funcionamiento de los servicios residenciales, en el que se plantea la implantación de un nuevo modelo de atención centrado en los usuarios para una atención personalizada, que tendrán mayor participación en la toma de decisiones. El objetivo es el establecimiento de un modelo elaborado con y para la persona para mejorar la calidad de los cuidados, para lo que también se crearán nuevos espacios más seguros, para poder afrontar situaciones adversas como la que se ha vivido por la crisis del coronavirus.

El borrador del decreto fue presentado ayer por la consejera de Derechos Sociales, Mª Carmen Maeztu, Inés Francés, directora de la Agencia Navarra para la Autonomía y Desarrollo de las Personas, e Ignacio Iriarte, secretario general técnico del departamento, quienes recordaron que el próximo lunes saldrá a exposición pública y que regulará el funcionamiento de residencias de mayores, de discapacidad y también de inclusión social, enfermedad mental y centros de día del sistema de Servicios Sociales. En total, la nueva norma -que actualizará la legislación vigente (1991) y que se espera aprobar en noviembre o en diciembre- afectará a las 13.097 personas usuarias de los 525 centros de Navarra, de los 9.105 permanecen en alguno de los 219 centros residenciales activos.

Entre las principales medidas destacan la creación de unidades de convivencia, el incremento de la ratio de cuidadores por personas atendidas, la creación de la figura del personal de referencia y la participación de las personas usuarias en la toma de decisiones sobre factores determinantes como la alimentación o los horarios, dentro de un margen establecido.

Uno de los principales cambios que se prevén en el decreto es de la creación de unidades de convivencia en las residencias, con al menos el 65% de las plazas totales y de un máximo de 16 personas. Estos espacios buscan, según Francés, "que se conviva en grupos reducidos para que sea lo más parecido a un hogar", y para ello contarán con una sala de estar y cocina propia. Las habitaciones, de un mínimo de 14 m2 -20 m2 en el caso de las dobles-, contarán con baño propio, toma de televisión y acceso a internet y se podrán personalizar con enseres propios.

Estas unidades de convivencia deberán habilitarlas obligatoriamente los centros de nueva construcción y las obras en centros que amplíen más de 15 plazas o que modifiquen más del 65% de su superficie.

Planes de contingencia. La consejera Maeztu, respecto al proceso de desescalada en residencias, aseguró ayer que Salud, Derechos Sociales y los propios centros ya están preparando la fase 3 y se ha pedido a cada residencia que envíe su plan de contingencia ante un posible rebrote de covid-19.

Cada persona: singular y única. Con el nuevo decreto, el Gobierno foral pretende crear una nueva filosofía que gire en torno a la atención centrada en la persona, que ya ha sido implantado en otros países más avanzados en política social. Esta nueva visión se ofrece como uno de los elementos clave para la mejora de la calidad asistencial.

Mayor ratio de personal. El decreto prevé aumentar la ratio de personal por personas atendidas pero no de manera uniforme, sino en función del tipo de servicio y del personal, lo que garantizará una calidad mínima.