- Los ayuntamientos de Ultzama y Olaibar, junto a los concejos de Arraitz y Olabe, exigen al Departamento de Cohesión Territorial que incluya la realización de variantes en el proyecto de remodelación de la N-121-A. Las instituciones firmantes muestran en una nota su queja por este hecho y recuerdan que de las 16 localidades que antes atravesaba esta carretera, “solo estos dos pueblos no disponen todavía de una variante que haga más cómoda y segura la vida para sus vecinos y para los usuarios que la utilizan”.

Los ayuntamientos y concejos implicados señalan que, a día de hoy, Arraitz y Olabe “siguen siendo atravesados diariamente por más de 11.000 vehículos, de los cuales 4.000 son camiones de alto tonelaje”. Recalcan, a su vez, que la variante ya fue solicitada en el caso de Olabe en el año 2008, antes de aprobarse el III Plan Director de Carreteras, y contemplada en el caso de Arraitz, siendo aprobada en el citado Plan.

Ultzama y Olaibar no entienden cómo, “ante la envergadura técnica y presupuestaria que va a acometer el Gobierno en la reforma de la N-121-A no se ha contemplado la ejecución de estas dos sencillas variantes”, y recuerdan que “el Gobierno de Navarra barajaba inicialmente un mínimo de 170 millones de euros para la adecuación”.

El Gobierno de Navarra trabaja ya en la adecuación de la N-121-A. El Departamento de Cohesión Territorial convertirá todo el trazado en una vía 2+1 para aumentar su seguridad. Dicha solución homogeneizará la totalidad de la vía con tres carriles, de los que el central se alternará por tramos para el adelantamiento en una u otra dirección. La reforma viaria tendrá un coste de 70 millones de euros, un coste al que habría que añadir los 100 millones adicionales que costaría desdoblar los túneles de Belate y Almandoz.Pero ya en enero, cuando un trágico accidente se llevó la vida de dos jóvenes en Olagüe, los alcaldes de la N-121-A pidieron al Ejecutivo foral que “nos escuchen y tengan en cuenta nuestra opinión”. En ese sentido, los ayuntamientos y concejos afectados aseguran que “la accidentalidad en las travesías es considerable”, y aunque reconozcan que “estos en sí no justifican la construcción de una variante”, consideran que “son un buen indicador de la peligrosidad”. Lamentan que en los últimos 15 años ocho personas han fallecido en las inmediaciones de Olabe, y cuatro en las de Arraitz.

“Son muchos ya los años que como peatones de nuestras calles venimos soportando la peligrosidad del gran volumen tráfico de esta carretera pegado a nuestras casas en condiciones que no se dan en ningún núcleo urbano de Navarra”, denuncian, y destacan que “los vehículos son siempre fuentes de ruido y contaminación atmosférica, por lo que los problemas que ocasionan sobre los residentes en los márgenes de la travesía son importantes”. “La circulación de vehículos pesados agrava el problema, puesto que el impacto que produce es 10 veces superior al de los ligeros”, zanjan.