- En un acto conmovedor, con la emoción a flor de piel pese a que llegue con décadas de retraso, 20 víctimas de la represión franquista en Navarra se vieron ayer reconocidas como tales.

El homenaje tuvo la altura esperada con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, y las máximas autoridades navarras, pese a que la organización tuvo la tacha de olvidar la entrega de la correspondiente acta de uno de veinte reconocidos, José Ojer Campaña, asesinado en septiembre de 1936, a su nieta Blanca Esther.

Calvo defendió que “en nuestra democracia no caben fosas comunes, personas desaparecidas y víctimas sin reconocimiento” y consideró que “quienes se empeñen en lo contrario están haciendo retroceder la democracia que es de todos”. Este nuevo acto de entrega de declaraciones de reparación y reconocimiento personal es el sexto que acoge la Cámara foral tras los celebrados el 15 de diciembre de 2011 (cuando se otorgaron 69 reconocimientos), el 21 de marzo de 2014 (32), el 29 de mayo de 2015 (60), el 24 de marzo de 2017 (64) y el 17 de diciembre de 2018 (31). En este caso, se hizo entrega de los certificados de reparación a 20 personas pertenecientes a la Asociación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra (Affna-36), descendientes todos de ciudadanos que padecieron violencia o persecución durante la Guerra Civil y la dictadura. Calvo agradeció poder estar presente en este reconocimiento para “acompañar a las familias que durante tantos años con tesón y sentido de la dignidad han insistido en preservar la memoria de sus familiares”. Unas víctimas a las que, según dijo, “todavía llegamos a tiempo para reparar la injusticia que durante tantos años ha supuesto su olvido y la no rectificación. Sin la verdad y la justicia no puede haber verdadera paz y verdadero encuentro”. En este sentido, incidió en que “las víctimas que fueron objeto de la represión, el exilio, el encarcelamiento y el asesinato tienen que seguir formando parte de la obligación ética de nuestra propia democracia”. Por su parte, la presidenta Chivite habló de “convicción, compromiso y emoción, de la búsqueda del consenso para avanzar en convivencia desde los principios de verdad, justicia, memoria y reparación”. Y remarcó las iniciativas llevadas a cabo por su Gobierno en esta materia, porque “las políticas públicas de memoria deben abordarse desde una labor activa de pedagogía social, de ahí que hagamos hincapié en el trabajo con la juventud a través del sistema educativo”, dijo.

Anastasio Lacasta Garasa,Valentín Lacasta Garasa,Eustaquio Lacasta Janices yJosé Lacasta Janices. Recogió por los cuatro su sobrina nieta María Dolores Andión Lacasta.

Miguel Gil Istúriz. Recogió su hijo Miguel Gil Pérez

Cruz Juániz Zabalza. Recogió su sobrina Mari Cruz de la Mota.

Macario Lafraya Malo. Recogió su hija y nieta, María Jesús Lafraya Amigot y Teresa Berdonces Lafraya.

Andrés Rodrigo de Benito. Recogió su nieta.

Blas Soret Peralta. Recogió su nieto Felipe Cerdán Soret.

Pedro Belloso García. Recogió su hija María Jesús Belloso.

Calixto Carbonero Nieto. Recogió su sobrino nieto Andrés Carbonero.

Simón Elizalde Arano. Recogieron Merche y Teodora Elizalde, nieta e hija.

Martín Gil Istúriz. Recogió su sobrino Fermín Gil Martínez.

Félix Herranz Iglesias, Ángel Antonio Herranz Lumbier yFrancisco de Asís Herranz Lumbier. Recogió su nieto y sobrino Félix Juan Herranz Aguirre.

Santiago López Landa. Recogió su nieta María Isabel López.

Juan Urrizalqui Andueza. Recogió su nieta Ángela Urrizalqui Alonso.

Martín Lozano Segura. Recogió su tataranieta Josune.

José Ojer Campaña. La organización se disculpó con su nieta Blanca Esther Ojer, a la que no pudo entregar el acta al no haberla preparado.