- Los adrianeses vivirán hoy sus primeras horas de confinamiento perimetral, unas medidas que, tal y como muchos de ellos explicaban ayer por las calles del municipio, "se veían venir".

De hecho, si alguien conoce de buena tinta cómo evoluciona el virus en la zona y en la localidad es Cristina Antón, médico de Atención Primaria del centro de salud de San Adrián, que aseguraba ayer que la decisión de adoptar nuevas y estrictas restricciones "no nos ha sorprendido porque ya llevamos quince días viendo un gran aumento de casos".

De hecho, y aunque a algunos les puede parecer que este cortafuegos no va a ser efectivo porque la gente seguirá moviéndose para trabajar o estudiar entre otras cuestiones, Antón cree que "el cierre de carreteras y la limitación de horarios tienen que ayudar e influir en que la gente adopte y asuma las medidas porque hay muchos que parece que no las entienden".

Ella, que volvió de unos días de vacaciones hacia finales de agosto, aseguraba que la sensación era de cierta contención y equilibrio pero que de un tiempo a esta parte "se nota, y mucho, el incremento". De hecho, puntualizaba, "choca que hay familias en las que el virus contagia a todos y otras en las que no, en las que solo se infecta una persona".

Por otro lado, Antón afirma que la sensación de los sanitarios ahora mismo es "la de estar a tope. En marzo había muchísimo trabajo, pero además de las urgencias, que en ningún momento se dejaron de atender como a veces se pudo escuchar, todo era coronavirus; apenas había consultas porque, en muchos casos podían esperar y, en otros casos, la gente tenía miedo. Ahora, en cambio, todos quieren volver a la consulta y parece que si no atiendes de forma presencial es que no estás trabajando, y nada más lejos; hay muchos que lo entiende y otros que no".

Por último, y a las puertas de la campaña de la gripe, finalizaba que "la gente tiene que ser consciente de que no sabemos qué va a pasar cuando llegue la gripe. Hay que ser prudentes, responsables y hay que hacer las cosas bien. No nos cansaremos de decirlo y de repetirlo; higiene de manos, distancia social y mascarillas".

Los adrianeses, resignados pero sabedores de que estas medidas iban a llegar tarde o temprano, afrontan estos días con la mirada puesta ya en el fin del confinamiento. Pero si hay algún colectivo que lo anhela más que otro ese es la asociación de Comercio, Hostelería y Servicios el Rebote formada en la actualidad por 35 asociados.

Mª Ángeles Carbonell, presidenta de la entidad y propietaria de una tienda de ropa, explicaba ayer que "esto es algo que se veía venir porque todos los pueblos de alrededor están mal. Confío en que estas medidas sean para bien y que la gente haga caso".

Carbonell, insistía en que, después de una campaña de verano que no hay ido mal, "ahora lo vemos todo oscuro, el sentir es general. Hablamos de que la gente no sale de casa y, en mi caso concreto, eso conlleva que no hace falta comprarse nada para salir. El descenso de ventas puede ser de en torno a un 70%".

De hecho, la idea era arrancar ahora la campaña de otoño pero van a esperar dadas las circunstancias. "Queremos sortear vales de 25 y 50 euros entre los clientes para gastar en establecimientos adheridos a la asociación", puntualizaba M ª Ángeles que , reiteraba, de aquí a un tiempo, si se puede, quieren retomar la feria de las oportunidades, las promociones, los descuentos con la tarjeta comercio y las campañas y eventos de Navidad, Reyes Magos y roscón de reyes.

"En el confinamiento anterior quedó claro que se puede hacer vida y comprar de todo en un pueblo y, de hecho, se notó; la gente compraba aquí, pero también es cierto que siempre viene alguien de fuera y ahora lo notaremos. De todas formas, solo pensar en el hecho de tener que cerrar ante un nuevo confinamiento sería horrible, la muerte total del negocio porque si empiezas a levantar la cabeza y te vas abajo otra vez, no es viable. Los pagos no descansan ni paran", apuntaba esta adrianesa que finalizaba aseverando que "a los comercios no nos queda otra que luchar, luchar y luchar hasta que ya no puedes más y no queda otra que el cerrojazo".

Estas nuevas medidas también han afectado al cierre de la biblioteca municipal, al complejo deportivo, que ha pospuesto el arranque de los cursos, así como a la casa de cultura, que ha aplazado los espectáculos previstos para estos días.

De hecho, de acuerdo con Jesús Sola, edil de Cultura, la obra Lysistrata, programado para mañana, ha pasado al 20 de diciembre y, explicaba, las entradas que los vecinos habían adquirido servirán para entonces.

Sola apuntaba, además, que el evento Anarkia Relacional del 8 de octubre también se ha aplazado, a la espera de conocer la nueva fecha y que, de momento, sigue adelante la cita teatral del día 18 Cuidados intensivos.

El edil recordaba que una vez que el auditorio pueda abrir sus puertas lo hará a un tercio del aforo, aunque les permitan más, y que contará con todas las garantías sanitarias.

Salvoconducto. La localidad ribera cuenta con tres puntos de entrada y salida principales al casco urbano y, durante este confinamiento perimetral, desvelaba el alcalde Emilio Cigudosa tras reunirse con los agentes de Policía Foral y Guardia Civil, van a estar abiertos al tráfico solo dos. En este caso, exponía, la oreja que hay para entrar y la salida más cercana a Calahorra, municipio riojano sobre el que se han dictado medidas preventivas de carácter extraordinario, se cerrará y los vehículos no podrán pasar por ahí. De modo que, insistía Cigudosa, los controles se colocarán, por un lado, en la rotonda de entrada al casco urbano por Andosilla -dejando vía libre en la glorieta grande de acceso al polígono- y, por otro lado, la que llega desde Peralta o Azagra. Los controles estarán 24 horas los siete días de la semana y para pasar será necesario llevar un salvoconducto o justificante.

"No sabemos qué va a pasar ahora con la gripe; hay que ser responsables y hay que hacer las cosas bien "

Médico Atención Primaria San Adrián