- Itziar Elisalt Marquinez, de 45 años y Sergio Sánchez Hernández, de 44, es un matrimonio irundarra que vive desde hace catorce años en Lesaka, a donde se trasladaron “buscando un modo de vida mas tranquilo que la ciudad, donde criar y educar a nuestros hijos”, que tienen en la actualidad 11 y 8 años, “ellos son lesakarras de toda la vida” y estudian en la Ikastola Tantirumairu de Lesaka.

Aunque residen en Lesaka, deben trasladarse por motivos laborales diariamente a Oiartzun e Irun, respectivamente, por lo que tienen que traspasar al menos dos veces durante su jornada laboral la muga entre Navarra y Gipuzkoa. Aunque el cierre no les repercute desde el punto de vista laboral, Itziar Elisalt afirma que “la puesta en marcha de la jornada continua en la ikastola ya nos obligó a solicitar en los trabajos cambios de horarios para poder conciliar nuestra vida familiar, por lo que en principio el cierre de la muga Navarra-Gipuzkoa no nos afecta desde el punto de vista laboral. A no ser que alguno de nuestros hijos se ponga enfermo y necesitemos ayuda de los abuelos que viven en Gipuzkoa, entonces comenzarían los problemas”.

La medida de cerrar la muga de Endarlatsa en una comarca como Bortziriak. con baja incidencia del covid hasta ahora les parece “excesiva, con datos en la mano, nos obstante entendemos que es difícil tomar decisiones en este contexto. No obstante, pediríamos que en las zonas limítrofes se siguieran otro tipo de criterios ya que no tiene mucho sentido que podamos ir a Pamplona o a la Ribera, sitios con alta incidencia, y no podamos desplazarnos a Irun”.

Desde ayer, vuelven a necesitar un documento especial para enseñar a las autoridades, “si claro, en la empresa lo llaman el “salvoconducto”, comenta el matrimonio, “en el anterior confinamiento nos lo pidieron varias veces, tanto en Irun como en Navarra”.

El cierre de la frontera si les afecta desde el punto de vista familiar, “dado que toda nuestra familia se encuentra al otro lado de la muga y ello implica no poderles ver”.

Sergio Sánchez recuerda que “la otra vez resultó muy duro, porque estuvimos unos tres meses sin ver a padres, hermanos, sobrinos, tíos,... Creemos que fue todavía mas duro para los abuelos, a quienes les hace especial ilusión ver a los nietos, sobre todo cuando son pequeños”. Y es que los abuelos viven en Gipuzkoa, la pareja trabaja en Gipuzkoa, los hijos estudian en Lesaka y tienen que hacer encaje de bolillos para compaginar todos los horarios, respetar las medidas anti-covid… “En principio antes la situación especial que se ha dado este curso debido al covid, decidimos exponerles lo mínimo posible a los abuelos. haciendo cambalaches para cambiar de horarios y adaptarnos a esta jornada continua en los centros escolares. Creemos que es un tema a tomar en serio. Pero si es cierto, como ya hemos dicho, que si surge algún contratiempo tendríamos que echar mano de ellos, y este confinamiento no sabemos como nos lo permite”, señalan. Temen además que en Gipuzkoa también se implanten medidas similares a las establecidas las últimas semanas en Navarra.

Tanto Itziar Elisalt como Sergio Sánchez consideran que habría que potenciar el teletrabajo para reducir esta problemática: “Si es verdad que si las empresas potenciaran el teletrabajo o las autoridades les obligara a hacerlo, la problemática de estos desplazamientos disminuirían, pero esta situación no es posible en todos los trabajos, y por desgracia cuando lo es la empresas no lo tienen en cuenta ni se ven presionadas a considerarlo”, finalizan.

“No tiene sentido que no podamos ir a Irun, y sí a Pamplona o a la Ribera, con más incidencia”

Reside en Lesaka, trabaja en Oiartzun