os escolares con altas capacidades son muy heterogéneos, no responden a ningún cliché. No todos tienen gafas y están solos en el patio, pero sí tienen unas inquietudes diferentes a los niños y niñas de su edad”. Desde la Asociación Navarra de Altas Capacidades trabajan para desterrar mitos sobre estos menores, ofrecer formación y acompañamiento a las familias y sensibilizar a la sociedad para que vean las altas capacidades como una característica más que define a muchas personas.

¿Qué señales pueden hacer sospechar a unos padres de que su hijo o hija tiene altas capacidades? Una característica muy asociada a este alumnado es la alta sensibilidad. “Son extremadamente sensibles a los que ese les diga. Y no tienen días buenos y malos sino que tienen el mejor día de su vida o el peor”, explica la vicepresidenta de ANAC, Vanesa Polo, que asegura que normalmente presentan un desarrollo del lenguaje muy temprano. “Realizan preguntas y razonamientos que no corresponden a su edad, aprenden rápido, relacionan ideas con rapidez y les gusta estar con adultos”, añade la presidenta María Sola, quien enumera intereses habituales. “Se dice que les gustan los dinosaurios, los planetas, las civilizaciones antiguas, las ciencia...”, añade esta pamplonesa, que tiene un hijo con altas capacidades. También suelen ser bastante inquietos física e intelectualmente, y “no les gusta demasiado dormir porque les parece una pérdida de tiempo, y se preocupan por los temas sociales y las injusticias. El sentido de la justicia aparece de forma precoz y desde muy pequeños se preguntan acerca de la muerte”.

Uno de los mitos que rodea al alumnado con altas capacidades, que tienen un alto porcentaje genético heredado de la madre, es que sacan muy buenas notas en el colegio, y no siempre es así. “Las altas capacidades no van asociadas a un alto rendimiento, Muchos tienen notas medias porque con lo que hacen en clase les vale, no se esfuerzan. El error es que los profesores suelen buscar notas brillantes y sólo hacen las pruebas a esos alumnos”, asegura Sola, que añade que “con la definición de superdotado se quedan muchas veces fuera talentos simples, que son muy brillantes sólo en un área pero no por eso dejan de tener derecho a desarrollarla”. Para muestra un botón. “Javier Tamayo, premio nacional de Física dejó de estudiar porque le dijeron que no valía, pero se encontró con un profesor que le dijo que era bueno y se lo creyó. Muchos que remontan pero otros que se quedan en el camino”, explican.

¿Por qué las altas capacidades es un tema tabú? “Se crean falsas expectativas en las familias y en el entorno de esos niños. Piensan que por tener altas capacidades van a ser Einstein y lo normal es que trabajen en cualquier empresa. Se les exige mucho y no se les permite fallar. Muchas familias se acaban autoexcluyendo porque es difícil explicar en el patio que tu hijo tiene altas capacidades y lo está pasando mal”, explica Sola, que reconoce que “hay escolares que tienen muchos problemas y otros ninguno”.

En su opinión, una de las razones que explica la incomprensión con las altas capacidades, como ocurre con tantas otras diferencias, es “la falta educación emocional de la sociedad. Es importante visibilizar que somos distintos y eso nos hace grandes “.

Una curiosidad que presentan las altas capacidades es que, a pesar de que no entiende de género, hay más chicos identificados. “Ellos no tienen problema en hablar y les gusta destacar. Sin embargo, las niñas prefieren pasar desapercibidas y se mimetizan con sus iguales. Se da por hecho que las chicas son más responsables, que les tienen que interesar más cosas. y es más difícil identificarlas. Se les suele detectar cuando bajan sus notas o tienen un conflicto interno y no saben transmitir sus emociones”.