a prestigiosa beca Fulbright no se consigue todos los días y tras ella hay muchísimas horas de trabajo y dedicación. A Patricia García, pamplonesa de 26 años, le comunicaron en noviembre del año pasado que había sido admitida en el programa -que incluye una estancia en Estados Unidos (EEUU) para compaginar trabajo y estudios- después de haberse graduado en Filología Inglesa en la Universidad del País Vasco (UPV) y de cursar el Máster de Profesorado en la UPNA.

Tras hacer una entrevista en Madrid le comunicaron que estaba admitida: "La alegría fue inmensa porque es una beca que se la conceden a muy poca gente. En España, unas diez o doce personas". Sin embargo, la llegada de la pandemia a nivel mundial puso en peligro el disfrute de su beca, "pensé que ya me quedaría en Pamplona, que no iba a poder viajar", relata, pero finalmente la suerte cayó de su parte y en agosto voló a New Port (Rhode Island) donde da clases de castellano y estudia en la Universidad Salve Regina.

"Con el covid todo es más raro y más ahora con toda la campaña electoral y con un presidente que pese a haber pasado la enfermedad dice que no hace falta llevar la mascarilla", comenta Patricia, que reconoce que la experiencia no está siendo como pensaba en un principio. Cada estado es un mundo. Unos tienen unas medidas contra la pandemia y otros, otras. En el caso de Rhode Island, la mascarilla es obligatoria y tienen controlados los establecimientos de ocio y hostelería, aunque no han reducido el aforo. Pese a ello, por las calles de New Port la mascarilla brilla por su ausencia: "Cuando llegué aquí fue un gran shock, porque la consciencia del riesgo que hay en España aquí no existe. No se lo toman en serio, aquí 7 de cada 10 personas no llevan mascarilla".

Esa indiferencia frente al virus, Patricia lo achaca al carácter americano de "no temer a nada", y, sobre todo, al que hasta por lo menos hoy es su presidente, Donald Trump, quien ha protagonizado numerosas escenas en las que, además de no llevar él mascarilla, insta a los demás a quitársela, incluso después de haberse infectado por covid-19. "Las declaraciones de Trump se notan, porque aunque muy poca gente lleva mascarilla, los que son proclives a los republicanos además argumentan que no es necesario llevarla", apunta Patricia. La joven pamplonesa constata que la campaña electoral ha sido intensa y que casi todo el mundo participa de una manera u otra en la campaña, que terminó ayer y que hoy culminará con el resultado de las votaciones. "Hay mucho activismo y las universidad facilitan a los estudiantes medios y recursos para que en los campus puedan hacer campaña por el partido que quieran", relata. Sobre el resultado, no se atreve a vaticinar nada: "La verdad que la gente joven es bastante anti-Trump, pero no sé que puede pasar".

Lleva más de dos meses en New Port, pero llegar hasta allí no ha sido tarea fácil, menos con una pandemia de por medio. "Yo tenía que ir a otra universidad, a la de Minesota, pero por el tema del coronavirus no abrió. Pensaba que me quedaba en Pamplona, pero a mitades de agosto me llamaron de la de New Port que estaban interesados en que viniera y entonces nos pusimos a preparar todo el papeleo, sobre todo lo relativo al visado", recuerda Patricia. Consiguió el ansiado visado un viernes y el lunes embarcó en un avión con destino a Franckfurt, donde hizo escala para después volar a Washington y de ahí a Rhode Island. No tuvo que hacer cuarentena, simplemente le hicieron responder a un test con preguntas relativas a si había pasado el virus, o si presentaba algún tipo de síntomas.

Patricia da clases de castellano a alumnos de la universidad a la par que cursa asignaturas relativas a la cultura americana y algunas otras que ella ha elegido. "Todo está muy bien organizado, damos clases híbridas, unos alumnos siguen la lección online y otros vienen presencial, así se evitan aglomeraciones", señala. Otro de los requisitos de la beca Fulbright es realizar actividades culturales. "He convencido al departamento de la universidad para organizar una carrera benéfica en el campus. No sé todavía para que va a ir destinado el dinero, pero sé que el recorrido simulará el encierro de San Fermín. Todos iremos de blanco y rojo", apunta la joven.

"Hay mucho activismo y las universidades facilitan medios para que en los campus se hagan campañas"

"Cuando llegué me llevé un gran shock porque la gente no tiene miedo al virus. Aquí 7 de cada 10 no llevan mascarilla"

Joven navarra residente en EEUU